En días pasados, con información al cierre de septiembre del presente año, Grupo Financiero Banorte y Grupo Financiero Interacciones acordaron fusionarse creando así el segundo Grupo Financiero en el país por tamaño de activos con mil 502 millones de pesos, superando en 1.2% a Santander, 7.1% a Citibanamex y quedando atrás de BBVA Bancomer en 37%. GF Interacciones aportaría 15% al tamaño de activos, pero con el liderazgo en el sector de infraestructura que dará valor inmediato a los accionistas de GF Banorte.

 

Medido por capital contable, sería el cuarto en tamaño, por detrás de BBVA Bancomer en 40%, de Citibanamex en 35% y de Santander en 11%. Alcanzaría los 104 mil 194 millones, pero el primero con accionistas mayoritarios mexicanos a diferencia de los otros tres.

 

La operación está sujeta a la aprobación primero de los Consejos de Administración de ambas instituciones, que se llevarán a cabo a principios de diciembre y, posteriormente, a la autorización de todas las autoridades reglamentarias. Se estima que entre marzo y junio de 2018 se pudiera concretar.

 

Banorte fue fundado en 1899 en Monterrey, donde comenzó sus operaciones como un banco regional. A principios de la década los años 90, en el proceso de privatización de la banca fue adquirido por un grupo de empresarios, encabezado por don Roberto González Barrera, en paz descanse, para después convertirse en grupo financiero. Banorte, su subsidiaria bancaria, es el mayor proveedor de créditos a gobiernos, el segundo más importante en créditos hipotecarios y el cuarto en cartera de tarjeta de crédito. La institución cuenta con más de 12 millones de clientes en el sector bancario y mil 143 sucursales.

 

Por su parte, Grupo Financiero Interacciones fue fundado en 1987 como Casa de Bolsa, y se especializa en créditos a gobierno y financiamiento de infraestructura con una alta rentabilidad.

 

La especialización de Interacciones y la escala de Banorte conformarían el mayor grupo financiero para impulsar la infraestructura que necesita el país y que representa una gran oportunidad de negocio en beneficio de la competitividad de las empresas mexicanas y del avance que nuestro país necesita lograr en su desarrollo mundial para ser más competitivo, y más ahora que tenemos el tema de la revisión del TLCAN.

 

México presenta enormes necesidades de infraestructura. Se encuentra en el lugar 15 a nivel mundial en términos de PIB, pero en el 62 en desarrollo de infraestructura.

 

México ocupa el peldaño 59 de 140 en el Índice de Calidad de la Infraestructura que elabora el World Economic Forum (WEF), superado por países como Corea, Rusia, China y Turquía.

 

En calidad de infraestructura carretera, aérea y portuaria, tampoco alcanza los primeros 50 lugares, mientras que en infraestructura eléctrica ni siquiera se ubica en los primeros 60.

 

En número de asientos de transporte aéreo por kilómetro, que se apoya en la base de infraestructura aérea, también es superado por China, Brasil, Rusia, India, Turquía y Corea.

 

Para cerrar la brecha existente entre la oferta y la demanda de infraestructura, los países de América Latina y el Caribe debían invertir 6.2% anual de su PIB entre 2012 y 2020, de acuerdo a la CEPAL.

 

Con cifras a 2015, México invertía apenas 1.43% anual de su PIB, inferior a la inversión que hacen países como Perú con 6.9%, Colombia con 6.46%, Panamá con 4.54%, Costa Rica con 4.09%, Chile con 3.15%, Brasil con 1.72% y Argentina con 1.57%.

 

La OCDE ve limitaciones en el sistema portuario mexicano que terminan afectando la infraestructura del país y los costos de las empresas.

 

Así, Interacciones tiene la experiencia necesaria para fondear y desarrollar exitosamente estos proyectos, mientras que Banorte aporta su fortaleza, alcance nacional y gran escala.

 

Finalmente, en términos de rendimientos sobre activos y capital, sin lugar a dudas, esta fusión logrará aproximarse mucho al líder hoy en México, que es BBVA Bancomer, dejando atrás a Santander y Banamex al considerar sólo los bancos más grandes del país.