OSLO. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, homenajeó hoy en Oslo a su país, en especial a las víctimas del conflicto, en el concierto del Nobel de la Paz, un día después de recibir el premio por sus esfuerzos por acabar con la guerra.

“Los 50 millones de colombianos, sobre todo las víctimas, son quienes merecen el premio“, dijo Santos, quien ya les había dedicado el galardón ayer en la ceremonia en el ayuntamiento de Oslo.

 

Santos expresó su “gratitud” y la de su pueblo a Noruega -garante con Cuba del proceso de paz que culminó con un acuerdo con la guerrilla de las FARC- por su apoyo “en cada paso de este difícil camino”, un respaldo que “nunca olvidaremos”.

 

El mandatario, que volvió a lucir una paloma de la paz en la solapa como en todos los actos de estos días en Oslo, resaltó el valor de la música para unir a la gente y agradeció a su compatriota Juanes, que actuó en la gala y fue el encargado de presentarlo, su apoyo al proceso de paz.

 

Como el escritor Gabriel García Márquez, muy presente en su discurso de aceptación del premio de ayer, Juanes es otro que “desde hace muchos años ha estado a mi lado, empujando a los colombianos hacia la paz”, al igual que el cantante español Miguel Bosé, y recordó el papel de ambos en la iniciativa “Paz sin fronteras“.

 

Sus palabras sonaron también en un fragmento del vídeo que ilustra una exposición sobre él inaugurada hoy en el Centro Nobel de la Paz, en el que pidió recuperar la compasión para “ser un país normal” y destacó la importancia del premio para relanzar el proceso tras la victoria del no en el plebiscito sobre el primer acuerdo.

 

“Quienes votaron no y quienes votaron sí debemos estar juntos para construir la paz”, afirmó en el vídeo.

 

Santos -escoltado en el palco por su esposa, María Clemencia Rodríguez, y la princesa Mette-Marit de Noruega- recibió las felicitaciones en inglés y en castellano de varios de los artistas que actuaron, en especial de Juanes.

 

“Para muchos de nosotros es un sueño hecho realidad, es la oportunidad para poder construir la paz. Gracias, presidente Santos”, dijo el cantante, que actuaba por tercera vez en la gala del Nobel de la Paz, aunque esta fue una noche “especial” para él.

 

Con los tres temas que interpretó “A Dios le pido“, “Fuego” y “La camisa negra“, Juanes puso en pie a buena parte de las 8.000 personas que llenaban el auditorio, incluido todo el palco de autoridades, e hizo bailar a unos cuantos, mientras las banderas colombianas se agitaban en las gradas.

 

Juanes puso el punto más rockero a una gala en la que dominó el pop electrónico con las suecas Icona Pop, la estadounidense Halsey -que recordó que ninguna mujer figura en el palmarés del Nobel de este año- o los gemelos noruegos Marcus y Martinus, un fenómeno para adolescentes en los países nórdicos.

 

El británico Sting, con una mezcla de temas propios y clásicos de su época en The Police, fue el encargado de cerrar una gala de hora y media de duración presentada por el popular humorista y estrella televisiva estadounidense Conan O’Brien.

 

O’Brien se encargó de provocar las carcajadas del público cantando en noruego, promoviendo su candidatura para el Nobel de la Paz o con varias alusiones al resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

 

El humorista defendió que si “la estrella de un reality show” es el nuevo presidente de su país, en alusión a Donald Trump, por qué no podía él presentar la gala; preguntó al público noruego si le podía dar cobijo porque quería exiliarse de Estados Unidos y elogió el papel de Santos por ayudar a llevar la paz a Colombia.

 

“Por favor, haga lo mismo por mi país. Lo necesitamos”, le dijo a Santos, a quien en otro número cómico comparando fotos de galardonados con el premio con figuras populares para una hipotética película, lo emparejó por su supuesto parecido físico con el actor William Shatner en su papel de capitán Kirk de la serie “Star Trek”.

 

El Concierto del Nobel de la Paz es una tradición que se remonta a 1994 y que desde el año pasado se celebra en el Telenor Arena, el mayor multiusos de Noruega y que está situado a las afueras de Oslo.

 

Con esta gala Santos cierra su programa de actos del Nobel en Noruega, aunque mañana, siguiendo la tradición, viajará a Estocolmo para mantener varias reuniones con el rey de Suecia, el presidente del Parlamento sueco y el primer ministro de este país.

 

El de la Paz es el único de los Nobel que ni se otorga ni entrega en Estocolmo, a diferencia de los otros cinco galardones, sino en Oslo, por deseo expreso de Alfred Nobel, creador de los premios, ya que en su época Noruega formaba parte del Reino de Suecia.

 

 

OR