Cuatro semanas se ha demorado y Roque Santa Cruz ya no tiene tiempo. Si bien no luce agobiado, no posee la misma sonrisa y serenidad que a su llegada; y es que las buenas críticas que había sumado en su debut ante el Pachuca, se han tornado en reclamos al jugador mejor pagado de la liga a causa de la ruptura fibrilar del muslo derecho en la jornada dos. Sabe que debe redituar el gasto, pero niega haber llegado “a robar” a La Noria.

 

“Estoy tranquilo porque vine a trabajar y quienes están cerca en mi recuperación lo han visto. Yo no me molesto con la gente, sé que hay muchas ganas de ver a Cruz Azul campeón y me imagino que si yo estoy frustrado por no jugar la afición también lo está y eso lo entiendo. Ahora, la única manera que tengo de responder es jugando y me siento contento porque estoy por volver”, externó el atacante paraguayo, que descartó negligencia del cuerpo médico celeste por su retraso.

 

“Trabajo siempre al límite y esas cosas pueden pasar cuando uno trabaja así. Yo estoy contento por cómo han ido las cosas y soy optimista en cuando a lo que se viene, en estar en la convocatoria y ya será decisión del entrenador lo que vaya a pasar, pero uno tiene ganas de jugar”, manifestó.

 

Pero es evidente que el crédito de paciencia del que disponía se ha agotado; Roque debe cambiar la cara de un equipo que apenas ha marcado seis goles en ocho juegos y para liberarse de un poco de presión asevera no ser el salvador celeste, aunque sí admite su responsabilidad y espera que sus compañeros hagan lo propio para lograr lo único que importa en La Máquina.

 

“La deuda es el título y ese nos falta a todos, así que marcar 10 goles y terminar sin título te salva en lo individual pero no en lo colectivo y yo prefiero que el éxito del equipo se imponga. Es importante que el equipo crezca y que llegue a su 100% mental y físicamente para la liguilla, yo soy un jugador más y quiero transmitir esa hambre”, finalizó Santa Cruz, quien tan pronto como pudo, abandonó la sala de prensa, ya sin la clara sonrisa que le colgaba a su arribo.