El pleno de la Cámara de Diputados realizó modificaciones al marco legal para impulsar el desarrollo científico, tecnológico y de innovación del país, al eliminar el impedimento que tienen los investigadores para participar en actividades de vinculación con el sector privado a través de consorcios, alianzas y nuevas empresas.

 

Las reformas se realizaron a la Ley de Ciencia y Tecnología y la Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, para ampliar a todas las instituciones de educación el supuesto jurídico que permite “crear alianzas estratégicas con el sector productivo y extender a cualquier entidad de la administración, la posibilidad de vincularse con el sector productivo”.

 

Además, establece una serie de principios que deberán contener y observar la normatividad interna para las alianzas tecnológicas y, una nueva redacción para otorgar mayor certidumbre sobre la posibilidad de incurrir en conflicto de intereses.

 

El dictamen impulsa el desarrollo científico, tecnológico y de innovación del país, al incentivar el establecimiento e instancias de gestión para la transferencia tecnológica y vinculación en todas las instituciones que desarrollan estas actividades.

 

El presidente de la comisión de Ciencia y Tecnología, José Bernardo Quezada Salas, expresó que la investigación científica y el desarrollo tecnológico son factores determinantes para el crecimiento y progreso de la industria y economía de un país, por lo que su óptimo aprovechamiento resulta clave para la competitividad de las naciones.

 

De acuerdo con estimaciones internacionales México puede pasar de ser la economía número 11, a ser la quinta a nivel mundial en el 2050, siempre y cuando, “quienes tomamos las decisiones entendamos la importancia de la ciencia y de la tecnología y aumentemos la inversión en este rubro”.

 

El próximo año México invertirá 91 mil 650 millones de pesos en ciencia, tecnología e innovación, lo que corresponde aproximadamente al 0.57 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), cuando Estados Unidos invierte el 2.77 por ciento del PIB; Japón el 3.3; Corea del Sur el 4.03, e Israel el 4.38 de su PIB.