La salud y la educación son un derecho para hacer posible la igualdad de oportunidades, a través de un sistema basado en criterios de universalidad, equidad y financiación pública, sostuvo Carlos Olmos Tomasini.

 

Al presentar su trabajo Educación para la Salud, para ingresar como miembro de número a la Academia Mexicana de Educación, expresó que un país sin educación está condenado al rezago.

 

El ponente dijo que tanto la salud como la educación han entrado en una subasta de los intereses financieros, y que en la actualidad existe una cultura deslegitimadora de las instituciones públicas en el ramo.

 

Olmos Tomasini afirmó que los niveles de acceso a la salud y a la educación alcanzados en el siglo XX, se van cancelando y muchos de los avances en educación, salud y en general de protección social, que en su momento los mexicanos pudimos presentar como conquistas sociales, van dejando  de ser un activo político.

 

Por ello, dijo, el reto está en que los recursos económicos que se destinan a estos rubros sean considerados como inversión colectiva y donde el sistema público debe sobresalir por su nivel de  cobertura y calidad en la prestación de sus servicios. “Lo que antes era una gran conquista en salud y educación, hoy es insuficiente frente a los nuevos problemas que enfrentamos”.

 

Incluso alertó que en el clima económico marcado por el pesimismo, surge la tentación de privatizar los sistemas de educación y salud y ésta se está viendo alimentada por la mala calidad de los mismos, lo que provoca la crítica y la consiguiente falta de respaldo social de los ciudadanos hacia ellos.

 

 

 

*edición impresa 24 Horas

 

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