La caída de 50% en los precios internacionales de la leche debido a las restricciones a la importación por parte de Rusia, el mayor comprador del mundo, por el conflicto que mantiene con Ucrania, además de una alta producción en Norteamérica, Asia y Oceanía, mantienen en jaque a los 12 mil de los 100 mil productores lácteos que hay en el país.

 

Si bien el desplome de los precios podría devenir en una reducción en el costo para el consumidor final, también podría implicar el recorte de 300 mil empleos (30%) por el cierre de establos. Esto, debido a que sólo en los últimos seis meses, la cotización pasó de 4 mil 800 dólares por tonelada a 2 mil 300 dólares.

 

Esta situación ha provocado que desde diciembre se hayan dejado de comercializar 2.5 millones de litros diarios de leche en los principales estados productores del país, cifra que podría duplicarse en los próximos tres meses, de acuerdo con estimaciones de la Federación Mexicana de Lechería (Femeleche).

 

Vicente Gómez Cobo, presidente de la organización, vaticinó que para el mes de abril, cuando la producción de leche alcanza su pico máximo, podría haber entre cuatro y cinco millones de litros excedentes en el país, lo que provocaría una distorsión en el precio del lácteo.

 

Debido a la sobreoferta que ha afectado en los precios internacionales, Gómez Cobo señaló que Liconsa ha dejado de comprar alrededor de 400 mil litros de leche al día a productores sociales, principalmente en Jalisco, Guanajuato y Chihuahua, e incluso llega a pagarla a un menor costo.

 

Esto ha llevado a miles de productores en riesgo a colocar el litro de leche en cinco pesos, o incluso menos, cuando su costo de producción es de 5.70 pesos, cuando Liconsa tiene un subsidio por parte de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagarpa) de 60 centavos por litro, lo que le da un tope para pagar hasta 6.20 pesos.