MOSCÚ. Rusia y Occidente se dirigieron hacia una guerra comercial de consecuencias que todavía son difíciles de calcular. En ese sentido, el mnistro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, dejó claro que Moscú no cumplirá las condiciones impuestas por Occidente para levantar las sanciones introducidas contra Moscú a raíz de la crisis en el este de Ucrania.

 

“Nos dicen: ‘Si ayudan a arreglar la crisis en Ucrania levantaremos las sanciones (…)’ Vamos a plantear un criterio; que den un paso, que garanticen que los insurgentes dejen pasar a los observadores a la frontera (ruso-ucraniana)”, dijo el titular ruso al canal de televisión NTV.

 

Y agregó: “Nuestra respuesta es sencilla: no cumpliremos ni acordaremos ningunos criterios y ningunas condiciones de este tipo”.

 

Lavrov denunció que el objetivo de las sanciones occidentales no es el arreglo de la situación en Ucrania sino un intento de cambiar el enfoque ruso de tal forma que convenga a Occidente.

 

“De hecho, tanto en sus declaraciones como en sus acciones se ha observado constantemente la verdadera meta de las restricciones que es ajustar a Rusia, cambiar su postura en torno a las cuestiones clave, las más importantes para nosotros, y obligar a asumir la postura de Occidente”, aseveró.

 

Tildó tal posición de “arcaica, del siglo pasado, mentalidad colonial de inercia”.

 

“Cuando en el mundo contemporáneo se forma un orden multipolar, es imposible que una rama de civilización, alguien solo o un grupo de países imponga su voluntad a otros”, dijo Lavrov.

 

Agregó que “la duración de ese periodo (del enfrentamiento de Rusia con Occidente) dependerá de si habrá políticos con una visión estratégica global”.