MOSCÚ. Rusia reaccionó hoy airadamente a las sanciones económicas adoptadas por Estados Unidos por el papel de Moscú en la crisis de Ucrania y advirtió que esta política puede devolver las relaciones con Occidente a tiempos de la Guerra Fría.

 

El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, dijo que una política exterior de EU y la UE basada en las sanciones puede retrotraer las relaciones de Moscú con Occidente a los años 80 del siglo pasado, la última fase de la confrontación política, económica y militar conocida como Guerra Fría.

 

“Si éste es el objetivo de nuestros socios occidentales, pronto lo lograrán”, subrayó Medvédev en una reunión de su Gobierno, al que adelantó que las sanciones adoptadas por Estados Unidos contra algunos de los principales bancos y empresas rusas obligan a prestar más atención a los gastos en defensa y seguridad nacional del país.

 

Las presiones a Rusia “no pueden no tener un reflejo en nuestra política presupuestaria. (…) Debemos prestar más atención a los gastos destinados a la defensa y la seguridad nacional”, afirmó.

 

Medvédev no dudó además en calificar de “ilegales” las medidas económicas aprobadas por Washington, toda vez que “no están fundamentadas en decisiones de la ONU, y son por tanto adoptadas de manera arbitraria”.

 

El primer ministro ruso también recordó que las sanciones de Estados Unidos afectan “a grandes colectivos (de trabajadores) de los sectores de defensa, energía y algunos bancos” y como consecuencia “incentivarán el incremento de los ánimos antiestadounidenses y antieuropeos”.

 

“Se consolidará la unidad de la sociedad rusa contra aquellos países y personas que intentan poner trabas a nuestro país y actuar en contra de los intereses de sus ciudadanos”, recalcó Medvédev.

 

El Gobierno de EU anunció ayer nuevas medidas de castigo contra Rusia, dirigidas en esta ocasión contra algunas de las empresas públicas más importantes de este país, entre ellas los bancos Gazprombank y Vnesheconombank y las energéticas Rosneft y Novatek, cuyas acciones sufrieron hoy caídas por encima del 5 por ciento.

 

“Se trata de un intento primitivo de vengar el hecho de que los acontecimientos en Ucrania no se desarrollen según el guión de Washington”, señaló un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.

 

La cancillería rusa acusó a la Casa Blanca de “instigar de facto el derramamiento de sangre” en el este de Ucrania al legitimar una vez más con su política las acciones militares emprendidas por Kiev para reprimir la sublevación prorrusa en las regiones de Donetsk y Lugansk.

 

“La indignante e infundada pretensión de cargar sobre Rusia toda la culpa por la guerra civil, consecuencia de una grave crisis interna que ya ha llevado a numerosas víctimas, demuestra el fracaso de la estrategia de EU y de sus clientes en Kiev para apaciguar por la fuerza el amplio descontento popular” en el este de Ucrania, subraya la diplomacia rusa.

 

El viceministro ruso de Exteriores, Serguéi Riabkov, advirtió que Rusia responderá tarde o temprano a las sanciones estadounidenses y tomará “medidas que sentarán bastante mal en Washington”.

 

“Washington debe ser consciente del perjuicio que ocasionan estos métodos no solo para las relaciones con Rusia, sino también para los intereses políticos y económicos externos de los propios Estados Unidos”, señaló Riabkov.

 

También la Unión Europea amplió ayer, durante la cumbre de sus líderes en Bruselas, el segundo paquete de sanciones contra Moscú por el papel que le atribuyen en la crisis de Ucrania y abrió la puerta a medidas de alcance económico contra empresas rusas.

 

“Estamos decepcionados con la Unión Europea, por haber cedido -en contra de sus propios intereses- al chantaje de la administración estadounidense para ir por la vía de las sanciones contra Rusia”, reaccionó la diplomacia rusa.

 

La cancillería rusa denunció que Bruselas, al igual que Washington, “culpa de todos los males a aquellos que se esfuerzan realmente por rebajar la tensión en Ucrania, y al mismo tiempo silencia hechos como la huida de refugiados desde Ucrania a Rusia, el cañoneo de territorio ruso y otras provocaciones antirrusas” que provienen de Kiev.

 

Los líderes de los Veintiocho acordaron “expandir las medidas restrictivas dirigidas a entidades, incluidas de la Federación Rusa, que apoyan material o financieramente acciones que minan o amenazan la soberanía, integridad territorial e independencia de Ucrania”.

 

En este sentido, encargaron a sus ministros de Exteriores considerar la posibilidad de centrarse en personas o entidades que apoyan a los responsables de la anexión de la península ucraniana de Crimea por parte de Rusia o de la desestabilización en el este de Ucrania.