El 27 de mayo de 2010, una chica llamada Karima K fue presentada ante una comisaría de Milán acusada de haber robado tres mil euros y unas joyas a una prostituta brasileña. Desde París, el entonces primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se enteró del caso y a través de su abogado estableció contacto a la comisaría: “Déjenla libre, es sobrina del presidente egipcio Hosni Mubarak”. Falso, no lo era.

 

Karima El Mahroug, mejor conocida en el mundo de la política y del espectáculo italianos como Ruby, vendrá a vivir a México junto a su novio Luca Risso, su pequeño hijo y los cinco millones de euros (90 millones de pesos) que le dio Silvio Berlusconi a cambio de encubrir los detalles de las orgías que montaba él junto a sus incondicionales amigos en la villa San Martino, muy cerca de Milán.

 

Ruby es de origen marroquí. Su infancia fue turbulenta a causa de haber sufrido violencia sexual por parte de dos de sus tíos, hermanos de su padre. De joven escapó a Sicilia y vivió en una casa de inmigrantes. Posteriormente viajaría a Milán para caer rendida ante el mundo del espectáculo cuyo uno de los reyes es Silvio Berlusconi.

 

En México, Ruby buscará desintegrarse, en una primera etapa, de los huracanes políticos que protagonizó, desde que era menor de edad, en el entorno del entonces primer ministro, Silvio Berlusconi, y posteriormente tratará de asimilarse al mundo del espectáculo mexicano. Esto último lo hará a mediano plazo, una vez que la imagen de Berlusconi haya sido devorada por el olvido.

 

Alrededor de Berlusconi se conformó todo un corporativo encargado de reclutar edecanes, velinas (modelos de televisión) y prostitutas para amenizar las fiestas del hombre con más poder en Italia. Quienes conforman el corporativo tienen perfiles disímbolos, sobresale Nicole Minetti, otrora dentista de Berlusconi quien ascendió al mundo de la política ocupando el puesto de consejera regional del Partido Pueblo de Libertad (PDL) en Lombardía. Minetti se apersonó en la comisaría de Milán la madrugada del 17 de mayo de 2010 para gestionar la libertad de Ruby. Una vez libre, Minetti le pasó un teléfono celular a Ruby. Desde París Berlusconi le dijo: “No eres egipcia, no eres mayor de edad, pero te quiero igual”.

 

Otro de los gerentes del corporativo es Emilio Fede, periodista y presentador famoso en la televisión de Berlusconi. El 14 de febrero de 2010 encontró a Ruby en un bar, de manera inmediata le confesó que su futuro iba a estar relacionado con el mundo de la televisión. A Rubi le brillaron los ojos. De manera inmediata aceptó la invitación de Fede y la trasladó a la villa san Martino. En ese momento, Ruby iniciaría un camino súbito hacia una nueva forma de vivir, donde marcas comerciales como Valentino, Swarovski, Bulgari y Dolce & Gabbana, entre otras, conformarían un entorno que su destino nunca le había dado las mínimas pistas.

 

Aquella noche de san Valentín, Ruby se percató que en la villa había por lo menos 20 chicas, dos ministras, algunas presentadoras de televisión y, por supuesto, velinas. Ruby “enloqueció” a Berlusconi (así se lo comentó a una amiga a través de una llamada telefónica cuyo diálogo se encuentra transcrito en el archivo del caso integrado por 389 páginas). Al salir de la villa san Martino, Ruby llevaba consigo algunas piedras Swarovski y un traje Valentino.

 

Un mes después, Ruby regresó a la villa san Martino y lo haría en seis ocasiones más entre marzo y mayo de 2010. En esa ocasión Berlusconi presentó a Ruby como sobrina de Mubarak.

 

En la fiesta se encontraban George Clooney, Elisabetta Canalis (pareja del actor) y Daniela Santache (dirigente del PDL, el partido de Berlusconi). Esa noche Berlusconi le pidió a Ruby que pernoctara en la villa. La marroquí aceptó y a partir de ese momento Berlusconi comenzó a dejar pólvora a lo largo de su camino.

 

La prensa ya había revelado los capítulos de villa Certosa, similares a los ocurridos en villa san Martino, con el ingrediente de que en aquél lugar acudían políticos famosos como el presidente ruso Vladimir Putin. En esa época saltó a la fama Noemi Letizia. Durente una de las tantas intervenciones telefónicas de la policía a la línea de Ruby, la marroquí le dijo a una amiga que “Noemi es su pupila (de Berlusconi) pero yo soy su culo”.

 

Frente a periodistas que deseaban escuchar en voz de Berlusconi el affaire Ruby, el primer ministro contestó: “Soy una persona que tiene corazón y estoy acostumbrada a ayudar a quien lo necesita, de la basura mediática no me ocupo, eso se los dejo a ustedes”. Berlusconi ya conocía la gravedad del caso. A diferencia de sus anteriores relaciones, Ruby tenía 16 años cuando la conoció.

 

Posteriormente llegaron los acuerdos con Ruby. Cinco millones de euros hicieron que la marroquí reconstruyera el caso. Que si confesó a Berlusconi que tenía 24 años, que nunca sostuvo relaciones sexuales con el primer ministro, que las reuniones eran de esparcimiento, que si el político es una gran persona que sólo le ayudó al conseguirle un trabajo, y un largo etcétera.

 

Lo que es cierto, es que la fiscalía ha encontrado demasiadas pruebas que involucran a Berlusconi con los sótanos de la concupiscencia.

 

Durante una charla con una amiga le confesó: “Voy a casa (villa san Marino) desde que tenía 16 años, pero siempre lo he negado para salvaguardarlo (…) Me ha llamado (Berlusconi) diciéndome: Ruby, te doy todo el dinero que quieras, te pago, te hago de oro, pero lo importante es que escondas todo. No digas nada a nadie”.

 

El padre de Ruby, Mohamed El Mahroug, quien es vendedor ambulante de vestidos confesó que su hija es “una enferma de televisión”. Siempre mantuvo su gusto por el mundo del espectáculo hasta que un día se le hizo realidad su sueño.

 

Por el momento, funcionarios de Relaciones Exteriores italianos se encuentran gestionando las visas de residencia de Ruby y de sus acompañantes, mientras que Berlusconi, continúa asistiendo a las comparecencias sobre el caso de prostitución y abuso de poder, y es que Ruby viajaba a villa san Marino escoltada por policías pagados por el Estado.

 

Berlusconi dejó la cúspide política italiana por órdenes de la Unión Europea, al no actuar correctamente frente a la crisis económica pero pocos señalan a Ruby como el episodio concupiscente que le provocó a Berlusconi no un golpe de Estado, sino un golpe de sexo.

 

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