El herbicida glifosato, sustancia activa del famoso Roundup, uno de los herbicidas más vendidos en el mundo, junto a cuatro agentes más fueron declarados hoy como cancerígenos “posibles” o “probables” por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

En un comunicado, la IARC explicó que se publicó un sumario con las evaluaciones finales en la revista The Lancet Oncology en el que detalla los hallazgos de los investigadores de la agencia.

 

El herbicida glifosato y los insecticidas diazinón y malatión fueron clasificados como “probablemente cancerígenos para los humanos”, mientras que los insecticidas tetraclorvinfos y paratión como “posiblemente cancerígenos para el ser humano”.

 

Estos dos últimos productos entraron en el llamado Grupo 2B establecido por la IARC al hallarse “evidencias convincentes” de que son agentes que causaron cáncer a animales de laboratorio, señaló la agencia, con sede en la ciudad francesa de Lyon.

 

El tetraclorvinfos está prohibido en la Unión Europea, aunque en Estados Unidos continúa usándose incluso en mascotas, y el uso de paratión está muy restringido desde los años 80 del pasado siglo.

 

El insecticida malatión, por su parte, ingresó en el Grupo 2A por las “evidencias limitadas” de que produciría linfoma no-Hodgkin y cáncer de próstata en humanos, según recogen estudios realizados en agricultores de Estados Unidos, Canadá y Suecia publicados desde 2001. Se usa en la agricultura y se produce en grandes cantidades en todo el mundo, aunque la exposición de la población es baja y sucede principalmente en residencias cercanas a áreas en las que se ha utilizado.

 

El diazinón es “probablemente cancerígeno” al haber “evidencia limitada” de su relación con la aparición de linfoma no-Hodgkin y cáncer de pulmón en quienes se han visto expuestos a él, según estudios realizados en EU y Canadá. Existe una “fuerte evidencia” de que indujo daños sobre el ADN o sobre los cromosomas. Se usa normalmente en agricultura y para el control de insectos caseros y de jardín, aunque su volumen de producción es relativamente bajo, especialmente después de las restricciones que entraron en vigor en 2006 en EU y la UE.

 

Sobre el herbicida glifosato hay “evidencia limitada” de que puede producir linfoma no-Hodgkin en seres humanos, y hay pruebas “convincentes” de que puede causar cáncer en animales de laboratorio. Tiene el mayor volumen de producción global de todos los herbicidas, y se utiliza sobre todo en la agricultura. Su uso se ha disparado a partir del desarrollo de cosechas modificadas genéticamente para hacerlas precisamente resistentes al uso de este agente.