Una de las franquicias fílmicas más famosas en la historia del cine es la del hijo pródigo de Filadelfia, Rocky Balboa, que inició en 1976 gracias al tesón de un entonces desesperado Sylvester Stallone, quien logró colocar su historia sobre un honesto boxeador a United Artists y, desde entonces, se convirtió en parte de la cultura popular estadunidense.

 

Fue tal el éxito de Rocky (10 nominaciones al Oscar y tres ganados: Mejor Película, Mejor Director y Mejor Edición) que hubo varias secuelas, que si bien no fueron tan exitosas en cuanto a crítica se refiere, mantuvieron vivo al mito del personaje creado por Stallone. De Rocky V (1990) a Rocky Balboa (2006) pasaron 16 largos años para poder ver de nueva cuenta al famoso personaje, aunque en otra faceta, la de entrenador, lo cual repite ahora en Creed: Corazón de Campeón (Creed), que viene precedida de más de 100 millones de dólares en la taquilla de EU y, lo más importante, con la aclamación de la crítica tanto por su historia como por la actuación de Stallone, quien después de 40 años vuelve a ser nominado al Oscar, ahora como Mejor Actor de Reparto y con grandes posibilidades de ganarlo.

Foto: Especial

 

Una nueva época

 

El filme es el primero que no es dirigido por Stallone o por John G. Avildsen, sino que ahora está a cargo del joven Ryan Coogler, quien en 2013 se anotó un buen éxito de crítica con Fruitvale Station y que ahora muestra la historia de Adonis Johnson (Michael B. Jordan), hijo del ex campeón Apollo Creed, quien busca la ayuda de Rocky para que lo entrene. Al respecto, Coogler comenta: “Yo crecí viendo las películas de Rocky con mi papá; era algo nuestro. Rocky es un personaje con el que la gente hace conexión, los fans de acción, fans de drama, los románticos, hasta los fans del cine en general, a todos les gusta Rocky porque tiene algo para todos”.

 

Y es que para poder llevar adelante su historia, Coogler tuvo que pedirle su autorización al creador de los personajes, Stallone, quien por primera vez no escribe el guión, y señala:

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“La impresión que Rocky ha dejado en la gente me parece confusa y extraordinaria. Siempre he sentido una responsabilidad implacable de mantener el personaje intacto por esa razón. Así que cuando Ryan vino con la idea de que Adonis Creed entrara a la película, me pareció increíble, un cineasta que es tan joven y sin embargo está tan fascinado por lo que empezamos hace tantos años. Tengo que admitir que estaba intrigado”, comentó.

 

Una parte esencial de la nueva película es el protagonista, Michael B. Jordan, con quien Coogler ya había trabajado en Fruitvale Station. Al respecto, Jordan comenta: “Ryan es muy talentoso, es un tipo muy inteligente y es genial trabajar con él, así que cuando me menciono el proyecto, me pareció maravilloso, y si sucedía, definitivamente quería hacerlo. Después, con el paso del tiempo, empezó a volverse real y me empecé a entusiasmar más; a ver la situación como: ‘Wow, eso es mucha responsabilidad; esto es el legado de 40 años de Rocky’”.

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Acerca de su personaje, el heredero autodidacta del famoso Apollo Creed, Jordan señala: “Piensa que porque Rocky era amigo cercano de Apollo, por lo que puede ser la única persona que puede entender lo que está sucediendo, y que por la historia con su padre, estará dispuesto a entrenar al hijo. Pero no es así. Rocky deja claro que no está interesado en regresar a ese mundo, y que no sólo porque su padre es Apollo Creed, significa que él será un campeón mundial. Se necesita mucho trabajo duro”.

 

¿Un Oscar para Stallone?

 

Sylvester Stallone estuvo nominado al Oscar como Mejor Actor en la primera película de Rocky, hace cuatro décadas, y desde entonces se ha convertido en una de las figuras más queridas y rentables de Hollywood. Ahora, diversas asociaciones de críticos lo han dado como ganador al premio de Mejor Actor de Reparto, por el que ya ganó el Globo de Oro hace unas semanas y que lo ha convertido en el favorito sentimental para llevarse la dorada estatuilla.

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Acerca de regresar a interpretar a su personaje más entrañable, Stallone señala: “Aunque el personaje sale de mí, me gustaría ser más como él. Rocky es la personificación de la paciencia, no tiene un hueso de maldad, aunque es muy competitivo, pelea por orgullo. El boxeo, como probablemente son la mayoría de los deportes, está 80% en tu cabeza. Puedes estar derrotado antes de salir de tu vestidor. Por eso es bueno tener a un buen hombre en tu esquina que pueda ser tu psicoanalista, ahí contigo. Tiene que mantener entero a su tipo. Es un trabajo bastante extraordinario, y siento que es un gran lugar para Rocky, el tomar todo lo que ha aprendido todos esos años como boxeador y dárselo a este chico.

 

“De repente vuelve a sentir la pena de haber perdido a Apollo, y se siente responsable por su muerte. Realmente nunca lo ha superado. Ahora no sólo se le está recordando, pero cuando ve al chico, se parece tanto a su amigo, viéndolo de regreso, queriendo meterse a esta arena peligrosa y que sea Rocky el que lo lleve ahí. Y Rocky no quiere; no quiere sentirse responsable por la seguridad del hijo de Apollo también. Pero sabe que si él no lo hace, alguien más lo hará. Si Rocky da su mejor intento, tal vez pueda mantenerlo seguro, y reivindicarse por lo que sucedió hace todos esos años”, concluye.

 

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