En los últimos nueve años, las finanzas de Petróleos Mexicanos (Pemex) registraron un quebranto derivado del robo de combustible equivalente a la inversión que la propia empresa realizó desde 2013 en la refinería de Cadereyta, Nuevo León,  para la construcción de infraestructura que le permita elaborar gasolina de bajo azufre.

 

Más allá del valor económico por dicho ilícito, desde 2006 Pemex registra un impacto financiero valuado en más de 15 mil 200 millones de pesos, producto del robo de combustible en todo el país, en modalidades como la ordeña a su red de ductos o la usurpación de pipas, siendo los años 2011 y 2014 en los que mayor pérdida registró, con 3 mil 343 millones y 3 mil 802 millones de pesos, respectivamente.

 

La cifra, correspondiente al periodo 2006 a 2014, no considera las pérdidas económicas por el robo del combustible, solamente registra el daño causado a la compañía por dichos ilícitos, esto después de que se realiza el dictamen de valuación de daños a infraestructura y equipo, emitido por los peritos correspondientes.

 

De igual modo, la información se tiene registrada a partir de que se crearon los Sistemas Jurídicos Institucionales al interior de la empresa del Estado.

 

Por otra parte, información de Pemex señalan que en los últimos 10 años se erogaron dos mil 671 millones 790 mil 226 pesos en materia de seguridad y patrullaje de sus instalaciones por parte de entidades de seguridad nacional.

 

De acuerdo con datos de la propia empresa, entre 2004 y 2014 se pagaron más de dos mil tres millones de pesos a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para estas tareas, así como 668 millones 625 mil pesos a la Secretaría de Marina (Semar) por la misma labor.

 

El robo de combustible es uno de los delitos que mayor incremento ha tenido en los últimos años.

 

De acuerdo con el estudio “Robo en México: ¿Un delito cotidiano? Análisis sobre sus tendencias y desafíos”, del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), este ilícito creció a una tasa anual de 37% desde el año 2006.

 

Incluso, de 2013 a 2014, las tomas clandestinas en la red de ductos de Pemex se incrementaron en 40%, al pasar de 2 mil 612 a 3 mil 674.

 

Según estimaciones del ONC, el mercado negro de combustible en México alcanza los cuatro mil millones de dólares al año.

 

Esta situación llevó a Pemex a plantear una nueva estrategia de distribución de gasolina y diésel, sin aditivos, a través de sus ductos, a fin de disminuir las tomas clandestinas, mismas que desde febrero pasado, cuando se anunció la estrategia se incrementaron 32%.

 

El robo de combustible provocó a principios de mes que al menos 600 estaciones de servicio se quedaran sin abasto de combustible en 10 estados del país.