La efectividad de la Procuraduría General de la República para recuperar las armas de fuego que le fueron robadas es prácticamente nula.

 

De acuerdo con las estadísticas de la dependencia, en los años 2013 y 2014 le fueron hurtadas 337 armas, pero las investigaciones iniciadas por el Ministerio Público de la federación han fracasado en su intento por recuperar el botín porque sólo dos fueron localizadas.

 

Es decir, el porcentaje de efectividad de es de .59%.

 

“El número de armas robadas a la PGR no es tan alto si se considera el número de agentes, pero más allá, tiene toda la lógica preguntarle a la autoridad: ‘no friegue, ¿cómo es que se les pierden las armas?’”, cuestionó en entrevista un especialista en seguridad que solicitó el anonimato.

 

En 2013, elementos de la Policía Federal Ministerial denunciaron el robo de 291 armas, pero ninguna fue recuperada. Al año siguiente se denunció el robo de 46, de las cuales se recuperaron dos, de acuerdo con un oficio obtenido a través de una solicitud de información (folio 0001700103915).

 

“Una de las maneras en que pierden las armas es en los depósitos. Es poco probable que las pierdan a propósito. Sí hay venta clandestina en algunas policías porque no hay un control, a diferencia de otras policías, donde a cada agente le dan un arma de cargo y las resguarda bajo su propia responsabilidad.

 

La Procuraduría no detalla el calibre y tipo de armas reportadas como robadas porque los datos fueron reservados seis años en virtud de que, al hacer pública la información, se podría alertar a los criminales de los recursos materiales con que cuenta la autoridad y para no vulnerar el trabajo de investigación, prevención y persecución de los delitos.

 

Otras armas de fuego que son robadas llegan a las manos de delincuentes que las usan para cometer delitos iguales o más graves, refirió el especialista.

 

También hay casos de policías de otras corporaciones que adquieren armas ilegales porque no les abastecen de armas o las que tienen son muy obsoletas o poco confiables, afirmó el entrevistado.

 

Uno de los argumentos más frecuentes de los agentes es que perdieron el arma al momento de correr durante un enfrentamiento.

 

Y la Sedena vendió más armas

 

De 2006, a la fecha, es decir, desde la administración de Felipe Calderón y lo que lleva de Enrique Peña Nieto, fue el año de 1009 cuando la Sedena vendió más armas, según una solicitud de información (folio 0000700076015). Ese año, en la más grande ofensiva armada de las fuerzas federales contra el crimen organizado se comercializaron 60 mil 610 unidades.

 

Las armas que vende la Sedena son en su mayoría para las licencias colectivas que otorgó a corporaciones policiacas federales, estatales y municipales. Cada licencia ampara un x número de armas.

 

También otorga licencias individuales a particulares o a empresas de seguridad privada que brindan servicio de guardia, custodia o traslado de valores.