Una fiesta. No hay otra forma de describir a un guitarrista de blues explosivo, cantante de soul y animador sin descanso, de 19 años de edad, Solomon Hicks, conocido por sus fans como “King Solomon (Rey Salomón)”, que lleva desde la infancia el título de leyenda musical de Nueva York, pero sobre todo de Harlem, su tierra natal.

 

Este miércoles, Hicks se presentó con un lleno total en el Teatro Ángela Peralta en el primer concierto del Festival Internacional de Jazz y Blues en San Miguel de Allende que este 2014 cumple 20 años.

 

“El público mexicano es apasionado, impresionante, la historia de este país es una referencia obligatoria y venir aquí ha sido una bocanada de aire fresco lejos del bullicio de Nueva York”, dice en entrevista con 24 HORAS sobre su primera visita a México.

 

La sonrisa blanca y brillante de este joven fue un imán para los cientos de asistentes que esa noche asistieron a su presentación de aproximadamente 50 minutos. Pero fue su habilidad en el canto y la guitarra lo que terminó por hechizar a la audiencia.

 

El Rey confesó que, antes de subir al escenario, confiaba en que pese a la diferencia de idiomas, los sonidos del blues le ayudarán a conectarse con la audiencia. “Pero me sorprendí cuando todos ahí cantaban conmigo las letras en inglés y finalmente los conquisté”.

 

Carlos Santana lo motivó

 

 

Hicks compone y canta desde R&B y funk hasta gospel y clásicos del género, ha sorprendido con su destreza en la guitarra eléctrica a los públicos desde el Cotton Club en Manhattan hasta las iglesias gospel o en el clásico Teatro Apolo, donde tocó por primera vez a los 13 años. Grabó su primer disco, “Embryonic,” a los 14 años.

 

“Lo que realmente me enganchó a la música es la gran energía que escuché de algunos músicos cuando era niño, como Carlos Santana o Freddie King”, dice desde su camerino al finalizar el concierto. El sudor aún corre por su frente, pero trae un pañuelo escondido en cada bolsillo del pantalón y del saco.

 

 

¡Averigua si tienes la pasión!”

 

 

Comenzó a tocar la guitarra a los seis años y desde entonces ha acumulado ocho guitarras; la primera, una acústica, fue obsequio de su padre. Tiempo después, con su primer salario, compraría su primera guitarra eléctrica de 300 dólares.

 

El camino de Hicks a la realeza comenzó cuando un amigo de la familia le enseñó a tocar la guitarra. Incluso entonces, en esa etapa, dice, era evidente para sus padres que su hijo tenía un don natural para tocar el instrumento y una verdadera pasión por la música.

 

El joven prodigio no ha dejado de aumentar sus conocimientos musicales apoyado en el extenso material que hay en YouTube, donde estudia los estilos y técnicas de interpretación de maestros del blues y los grandes del jazz, entre ellos los gigantes musicales del siglo 20 como Sarah Vaughan y Duke Ellington.

 

El tiempo se ha acabado. Y mientras Hicks acompaña a los reporteros hasta la salida, vuelve a limpiarse el sudor y rompe el silencio: “Nada, que… en el blues, en Nueva York, en Harlem, todo depende de qué tan honesto seas contigo mismo y en el escenario. De averiguar si tienes la suficiente pasión y fe para esto. A los 15 años, encontré la respuesta y supe que esto era mi vida”. Su nuevo cd lleva por título”Jukin’ at the Cotton Club”.