Después de un resultado adverso del Brexit para el mundo, en donde las condiciones comerciales, políticas y sociales cambiarán en el mediano plazo entre el Reino Unido con la Unión Europea, y probablemente a nivel mundial, generaron un aumento en la incertidumbre y aversión al riesgo en los mercados que visualizan ya un menor crecimiento económico mundial. Pero ayer, España y su población le dieron un pequeño “mejoral” al “enfermo” entorno europeo.

 

La incapacidad de los partidos españoles para alcanzar una “gobernabilidad” llevó a nuevas elecciones generales. Con una menor participación en relación a las de diciembre de 2015, los resultados muestran la “racionalidad” de lo que significa la continuidad en el rumbo económico y político del país, pero, además, un voto de confianza que el gobierno debe devolver a la ciudadanía reduciendo el tema de corrupción. El Partido Popular, liderado por el actual presidente Mariano Rajoy, mantuvo la ventaja con casi 39% de los escrutinios y junto con Ciudadanos, que obtuvo poco más de 9.0%, alcanzan más de 48%, lo que significa que para lograr 50.1% requieren de tan sólo siete escaños y será con algunos partidos pequeños con los que se pueda alcanzar la mayoría simple, dejando que la coalición Unidos Podemos (UP), de perfil izquierdista, se ubique hasta el tercer lugar por debajo del PSOE, que finalmente quedó en el segundo sitio.

 

Así, las cosas mostrarían una mayor tranquilidad a esta Europa que vive un revuelo por la salida de Reino Unido de la Unión Europea.

 

¿Cómo está Reino Unido?

 

En relación a la actividad económica en Reino Unido, el crecimiento en este ámbito ha venido desacelerando de finales de 2014 a la fecha. Es probable que este último 2% de crecimiento anual vigente se reduzca de manera rápida con una distorsión en su balanza comercial. La deuda como porcentaje del PIB alcanza 89%, pero es posible que la inyección de recursos para tratar de darle estabilidad implique un aumento necesario en los próximos meses. El déficit fiscal actual de -4.4% del PIB pudiera deteriorarse nuevamente. En 2008, por ejemplo, llegó a tener -10.8%. El impuesto sobre la renta actual ronda 45% y sobre el consumo, 20%. Ante una desconfianza e incertidumbre sobre el futuro de Reino Unido, no hay duda de que el gobierno irá por la vía del endeudamiento, y eso es lo que las calificadoras temen. Por ello, ya se han pronunciado al respecto S&P y Moody’s, que bajó la perspectiva a negativa en su calificación crediticia. El riesgo de pérdidas de empleo, de cierre o traslado de empresas a otros países, la menor actividad comercial por naturaleza afectará su entorno.

 

La libra se vio fuertemente perjudicada llegando a situarse debajo de los mínimos en 2009, y todo apunta a que tendrá una prueba en los niveles de 1.36-1.33 dólares o, bien, el riesgo hasta niveles de 1.25 dólares por libra. Así, las condiciones económicas muestran una prueba para el gobierno actual que, como sabemos, tendrá nuevas elecciones en octubre próximo, tres a cuatro meses de mayor incertidumbre. Por eso, el movimiento errático de mercados del viernes pasado muy probablemente continuará en las siguientes semanas.