Personal de la Procuraduría de las Niñas, los Niños y la Familia, la Secretaría del Trabajo y la Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila rescataron a 98 personas (61 menores de edad y 37 adultos) quienes eran explotados laboralmente en granjas ubicadas en el municipio de Ramos Arizpe, propiedad de la empresa Prokarne de Saltillo.

 

Las autoridades informaron que en el operativo fueron detenidos Roberto Martínez García de 50 años, Pedro Cisneros Rodríguez de 36 años, y Juan Gerardo Castillo de 39 años, quienes en ese momento estaban de encargados en la granja.

 

Luego de rescatarlos, las personas explotadas comentaron que llegaron ahí engañados. Para engancharlos, fueron colocados anuncios en periódicos locales. En los avisos se les prometía sueldos de 100 pesos diarios, comida diaria y alojamiento por cuatro meses.

 

Ante tales condiciones, y viendo que en sus localidades de origen (en los estados de San Luís Potosí, Tamaulipas, Hidalgo y Veracruz) no hay trabajo, varias personas aceptaron las condiciones, algunos mayores de edad, otros padres que llevaron a sus hijos y algunos menores de edad que fueron solos.

 

La contratación fue por medio de un tercero para el que laboraran en los cuatro ranchos agrícolas propiedad de Prokarne de Saltillo, ubicados en Ramos Arizpe, Coahuila. Según la página web de la empresa, estos predios los usan para la plantación del forraje para la engorda del ganado que comercializa.

 

Prokarne es una empresa que presume ser de capital 100% coahuilense, fundada en 1990, propiedad de Oscar Lozano Chávez. Los valores que enumeran son la constancia disciplina, honradez, mejora continua, puntualidad, responsabilidad y servicio; pero los nuevos empleados encontraron otra cosa.

 

Al llegar a Ramos Arizpe, fueron instalados en unas bodegas con catres y colchones de hule que usaban como camas y sólo dos baños, uno para hombres y el otro para mujeres, con una zona de regaderas. Desde el primer día, fueron advertidos por sus jefes de que no podían salir sin permiso.

 

La jornada comenzaba a las 5 de la mañana; tras un baño con agua fría les daban un desayuno compuesto de una taza de café y un pan. Después, los subían a camiones para trasladarlos a las granjas donde permanecían todo el día trabajando.

 

Salvo un almuerzo al medio día (compuesto por un plato de lentejas) su jornada se iba en la recolección de calabaza o cebollines. Para su labor se dividían en grupos de tres personas, quienes tenían que juntar tres mil 600 piezas, de lo contrario los jefes no les contaban el día, por lo que perdían sus 100 pesos de salario.

 

A las cinco de la tarde terminaba la jornada con otra comida precaria, y de ahí a la bodega donde no volvían a salir hasta el día siguiente.

 

Las autoridades informaron que los 63 menores de edad fueron llevados a casas asistenciales a cargo del DIF estatal, donde se les ofrece atención médica, psicológica y comida, en lo que se contacta a sus padres, por otra parte, los adultos pasaron el jueves declarando.

 

La Procuraduría General de Justicia ya comenzó la integración del expediente para determinar las responsabilidades por trata de personas. Según el artículo 307 del Código Penal del estado de Coahuila la pena por este delito va de ocho a 15 años de cárcel y multa, pero por tratarse de un caso donde están involucradas víctimas menores de edad la pena puede llegar a los 22 años y seis meses.

 

Se buscó la postura de Prokarne, pero trabajadores del área de ventas respondieron que no había ningún directivo presente para responder.