En México existen sólo 300 especialistas para atender a los adultos mayores, es decir, sólo se cuenta con la décima parte de los geriatras que se requieren para atender a esta población conformada por 7.7 millones de personas de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geriatría y proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo).

 

De acuerdo con las proyecciones de Conapo, actualmente la población de adultos mayores de 65 años es de 7 millones 737 mil de personas (menos del 10% del total de habitantes del país).

 

Las tasas de natalidad están bajando por lo que en 15 años esta cifra llegará a entre 13.8 y 15.3 millones y para 2050 (una vez que se haya superado el llamado “bono demográfico”), los ancianos representarán al 27% de la población con más de 23 millones de personas.

 

Actualmente en los programas educativos de las universidades del país, “Geriatría” es una materia que se toma durante seis semanas en el cuarto año de la carrera; ya como especialización en esta materia, se gradúan 150 médicos al año de las universidades públicas.

 

“Estamos diez veces por debajo en lo que necesitaríamos pero la atención de las personas mayores no puede recaer solamente en los geriatras porque conforme van aumentando en número, el contingente rebasa a los especialistas. Actualmente estamos buscando llevar el conocimiento geriátrico a los profesionales de la salud porque todos tienen que ver con la atención del adulto mayor”, alertó Luis Miguel Gutiérrez, director general del Instituto Nacional de Geriatría.

 

Lo que ocurrió fue que “ganó” el bono demográfico, esto quiere decir que como en los pasados 30 años nacieron más niños los médicos buscaron especializarse en pediatría y dejaron de lado otras especialidades, como la geriatría.

 

Esto ha ocasionado que ahora han bajado los niveles de fertilidad y la población está envejeciendo, pero ya no hay médicos para atenderla.

 

En el marco del Taller “Política pública basada en evidencia para enfrentar los desafíos del envejecimiento en América Latina y el Caribe”, que se llevó a cabo en el Instituto Nacional de Medicina, el médico alertó que el problema para el sistema de salud que se viene derivado de los cambios en el perfil epidemiológico de los mexicanos afectará principalmente a los ancianos.

 

Lo que ocurre es que la población que ahora está en edad de trabajar y que ya presenta problemas de sobrepeso y obesidad (problema que prevalece entre quienes hoy tienen entre 40 y 60 años) puede llegar a desarrollar de manera más temprana enfermedades degenerativas y discapacitantes como el Mal del Alzheimer, porque la plasticidad de los tejidos (entre ellos el cerebro) se ve afectada principalmente por padecimientos relacionados con la obesidad.

 

Los geriatras están en las grandes ciudades donde están los programas de especialización, fundamentalmente en el Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey; ya se están desarrollando programas en hospitales públicos para formar y certificar a estos médicos principalmente en Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí, Veracruz, Coahuila y Baja California Norte.

 

Presiones para la economía 

 

Esta situación golpeará directamente en las finanzas públicas porque los sistemas de salud y seguridad social tendrán que enfrentar elevados costos de atención en salud para enfermedades crónico degenerativas.

 

Además, los sistemas de ahorro no estarán preparados para permitir jubilaciones dignas e independencia para los adultos mayores; a ello hay que sumarle la falta de inclusión de la población más joven en el mercado laboral, de manera que pueda “mantener” los servicios de seguridad social y las pensiones de los más ancianos.

 

Si actualmente hay 8 trabajadores por cada persona mayor de 65 años, para 2050 habrá 2.5 personas en edad productiva por cada anciano, de acuerdo con las proyecciones del estudio global sobre salud y retiro (HRS, por sus siglas en inglés).

 

“El impacto que esto tendrá en la sociedad mexicana afectará los sistemas de salud y las proyecciones financieras (…) en los siguientes 15 años el número de adultos mayores en desempleo, subempleo, enfermos y con discapacidad se cuadruplicará en relación con lo que tenemos hoy en día”, señaló el director del Instituto Nacional de Medicina, Enrique Graue Wiechers.

 

“No tenemos una política de subempleo posterior a la jubilación, lo que lleva a un sostén inadecuado del adulto mayor y tampoco hemos aprovechado el nicho de oportunidad demográfica que representan los jóvenes para incorporarlos al mercado laboral. El envejecimiento amenaza con ser el quinto jinete del apocalipsis del siglo XXI”.