En México hay 400 casos documentados de migrantes desaparecidos y otros 314 que fueron asesinados durante su paso por nuestro país rumbo a Estados Unidos, indica el informe de la Misión Internacional de Verificación sobre la situación de los derechos humanos de la población migrante hondureña.

 

El documento, presentado en el Senado de la República, dice que desde la implementación del Programa Frontera Sur el grado de violencia que viven los migrantes en su paso por México ha crecido de manera importante, pero no sólo del crimen organizado, sino de autoridades migratorias y de Ferromex, dueña del tren conocido como La Bestia.

 

Aunque la violencia y persecución contra los migrantes se recrudeció con el Programa Frontera Sur, la situación no es nueva. Casos como el asesinato de 49 migrantes en Cadereyta, Querétaro, los 72 migrantes asesinatos en San Fernando, Tamaulipas o el hallazgo de 193 cuerpos (presuntamente de centroamericanos) en fosas durante 2011, son muestra de la deuda que tiene México en el tema, indica el documento.

 

Además, los Comités Familiares de Migrantes tienen reportes de 400 personas que transitaban por México rumbo a Estados Unidos, pero actualmente están desaparecidos sin que las autoridades sepan qué fue de ellos.

 

Pilar Trujillo, integrante de la Misión Internacional de Verificación (MIV), dijo que tan solo en lo que va del años van 24 mil 030 hondureños deportados desde México, lo cifra que ya rebasa a los deportados desde Estados Unidos. A eso habría que sumarle los de El Salvador y Guatemala, que también en su mayoría son detenidos en nuestro país.

 

“México es el Mediterráneo de Latinoamérica, un lugar donde los centroamericanos piensan puede ser el comienzo de una vida mejor pero donde encuentran violencia y muerte”, comentó Trujillo.

 

El informe de la MIV está enfocado a la situación de los hondureños, pero se aplica a todos los centroamericanos que quieren llegar a  Estados Unidos pasando por México, un país que viola sus derechos humanos de manera sistemática.

 

Ejemplo de ello, añadió Trujillo, es la forma cómo los deporta: los trasladan por la noche en camiones rumbo a Honduras, argumentando que es el mejor horario para evitar problemas de tránsito, pero en realidad los vuelven vulnerables al crimen organizado que tiene presencia en los caminos de Centroamérica.

 

Y el problema aumenta, pues además de los múltiples reportes de abusos perpetrados por parte de las autoridades migratorias mexicanas, ahora se suman las denuncias contra personal de seguridad de Ferromex, quienes disparan contra las personas que están sobre La Bestia.