A la chiva se la llevó el diablo, aunque el que de momento se quema en el infierno es Dorados; y es que no obstante la caída de 3-1 ante el Toluca en la fecha cinco del Apertura 2015, en el Estadio Nemesio Diez, Guadalajara puede presumir que salió del sótano de la porcentual gracias a la goleada que sufrió Dorados ante Monterrey.

 

Por lo demás, el equipo de José Manuel de la Torre se sigue quedando corto en la ofensiva. Lo peor, la defensiva del rebaño sigue haciendo agua en momentos trascendentales, no aguanta los embates del rival y termina colocándose con desventajas que no puede remontar.

 

Ayer no fue diferente. Toluca se adueñó de la posesión en los primeros instantes. Generó las más claras oportunidades de gol, la primera sobre el minuto 15, cuando Enrique Triverio remató con la cabeza dentro del área, pero  Antonio Rodríguez se lanzó y desvió a tiro de esquina.

 

Era cuestión de tiempo para que llegara la ventaja roja, lo cual sucedió sobre el minuto 28, cuando Oscar Rojas desbordó por sector derecho y ante la marca de Carlos Fierro metió un servicio con ventaja para que Fernando Uribe rematara y diera el 1-0 a los Diablos. Parecía que Chivas se iría al descanso sólo con la mínima desventaja, pero sobre la agonía, un penalti permitió a Enrique Triverio marcar el 2-0 para los de casa.

 

Con el marcador en contra, las huestes rojiblancas se fueron al frente  y encontraron el premio muy pronto por conducto de su ya goleador histórico, Omar Bravo, quien al minuto 56, en una gran jugada individual dentro del área, disparó con pierna derecha y tras un desvió de Antonio Ríos, vio cómo el balón terminó en la red (2-1).

 

Todavía Chepo intentó, sacando a Salcedo (un zaguero) por Brizuela, adelantó aún más sus líneas, incluso metió a Toluca contra su arco y, cuando parecía que tenía el empate a la mano, apareció Fernando Uribe para definir con pierna derecha el 3-1 definitivo al 73´.

 

Guadalajara siguió buscando acortar distancias, fue al frente, pero ya sin claridad, abrumado por sus fallas defensivas, pero sobre todo por la falta de pegada en su ataque, un dolor de cabeza constante para su técnico.

 

El consuelo, que aunque a Chivas se los “llevó el diablo”, al menos en esta semana el infierno está reservado para Dorados, y al menos eso le dará al Chepo para intentar recomponer un panorama que se mantiene muy complicado.