El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), a través del Hospital General de La Raza, realizó un injerto a una niña de siete años de edad, quien desarrolló una reacción adversa a la ingesta de varios medicamentos.

 
Esta reacción, conocida como necrosis epidérmica tóxica, se desarrolla en 48 horas y ya había evolucionado drásticamente en 80% del cuerpo de la menor.

 
A la pequeña se le manifestó en el desprendimiento de la piel con sangrado en forma de sudor que brotaba en espalda, pecho, brazos, manos, boca e incluso cuero cabelludo.

 
“El tratamiento brindado fue a base de piel cultivada a través de unas gasas de nombre epifast que le fueron colocadas en la piel y en diferentes partes del cuerpo, mucosas, párpados y boca”, se refiere en el comunicado del instituto.