Para el arte de David García, mejor conocido como Scrappy Uno, no existen los límites. Puede ser el rostro del revolucionario Emiliano Zapata, el maestro del Surrealismo, Salvador Dalí; el legendario científico Albert Einstein; la locura de la diva Amy Winehouse; o la fiereza de algún animal, o un simple objeto cotidiano. Todo el realismo de nuestra vida es capaz de plasmarlo sin complicaciones, siempre con limpieza y trazos refinados.

 

Con más de 18 años de arduo trabajo y constancia, Scrappy Uno se ha convertido en una importante referencia cultural del tatuaje realista en negro y sombras, no sólo en México, sino también en Estados Unidos, Latinoamérica y varios países europeos.

 

García, quien estudió dibujo publicitario, cuenta a 24 HORAS que se inició en el arte del tatuaje por mera curiosidad.

 

“Yo dibujaba, y veía el tatuaje como una alternativa. En ese entonces era imposible pensar que te podías dedicar a ser tatuador, y menos que podías vivir de él; en esa época había muy pocos estudios en México donde aprender”, señala.

 

“En 2000 tuve la oportunidad de entrar al primer estudio de tatuajes, pero ya lo hacía desde cuatro años antes, aunque de una manera improvisada, con máquinas de motor y agujas de chaquira,” recuerda.

 

Sobre el motivo por el que eligió al realismo como el sello que lo distinguiría, Scrappy Uno explica que al ver que la mayoría de los tatuajes eran retratos, principalmente rostros de mujeres, adoptó dicha temática.

 

Asegura que el tatuaje no sólo es plasmar algo en la piel de cualquier persona, sino que hay varios factores que deben considerarse. “La idea es que un tatuaje se vea bien siempre, independientemente de la parte del cuerpo en la que está, pero debes revisar el tipo de piel, el país donde tatúas, la alimentación, el clima, etc.”.

 

 

Diseño con un toque prehispánico  

Además de ser tatuador, David tiene otra faceta: la de empresario. Se trata de un concepto original, surgido en 2008, que se sustenta en el trabajo, el esfuerzo y la honestidad, mezclados con la cultura prehispánica. La marca se llama Mexica Hustla.

 

“Fue una mezcla con el hip hop, el rap y las culturas prehispánicas; de ahí viene la mezcla. Un Husttler esta denominado una persona que anda tras el billete. La definición en general de Mexica Hustla sería el mexicano que anda en chinga, trabajando, generando, pero siempre por la derecha”.

 

Dicho concepto lo plasma en diseños originales de ropa. Actualmente se pueden adquirir gorras, playeras y sudaderas Mexica Hustla. La idea, dice, es que la marca crezca más y se puedan encontrar nuevos productos.

 

 

¿Cómo contactarlo?

Estudio INK DEALERS

Twitter: @scrappyuno

 

 

 

*edición impresa 24 Horas

 

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