A cuatro meses del ataque y desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas en Iguala, la consigna de “buscarlos con vida” será la bandera para que el movimiento social -en el que participan familiares de las víctimas, estudiantes, organizaciones sociales y la disidencia magisterial- mute sus protestas a acciones radicales.

 

Aunque la Procuraduría General de la República (PGR) prácticamente cerró las líneas de investigación e insiste en la hipótesis de que los normalistas de Ayotzinapa fueron incinerados en un basurero de Cocula y sus restos arrojados al río, los padres de los 43 muchachos, incluido Alexander Mora de quien ya identificaron sus restos, rechazarán esa versión y emprenderán una agenda “en contra de las instituciones” que, a su juicio, están “carcomidas por la corrupción”.

 

Desde el Zócalo, ante miles de personas que durante horas marcharon a su lado, el movimiento por Ayotzinapa dio los primeros destellos de sus nuevos planes: desconocer a Enrique Peña Nieto como Presidente de México, impedir la organización de elecciones en Guerrero y oponerse a las que llamaron “reformas asesinas”, particularmente, los cambios en el sector energético y laboral.

 

Y como en ningún país del mundo –aún con gobiernos de izquierda-, un grupo de manifestantes enarboló banderas con las imágenes de Federico Engels, José Stalin, Vladimir Lenin, dirigentes de la revolución rusa.

 

Piden unirse

 

Luego de nueve horas de movilizaciones desde distintos puntos de la Ciudad de México que confluyeron en el Zócalo, Felipe de la Cruz, uno de los líderes del movimiento, pidió a los estudiantes, obreros, sindicalistas, maestros y ciudadanos unirse en su lucha “para que el pueblo retome las riendas del gobierno”.

 

 

Flanqueado por los familiares de los normalistas y representantes de diversas organizaciones, y al fondo las fotos de los 43 que han cimbrado al país, De la Cruz adelantó que Guerrero será el punto neurálgico de la transformación del movimiento y aseguró que en esa entidad “no habrá elecciones, no las vamos a permitir, va a gobernar el Pueblo con asambleas populares”.

 

Ante el anuncio, los aplausos cimbran al Zócalo y coronados por la consiga: “Ayotzinapa vive, la lucha sigue”. El líder del movimiento agradeció el apoyo de los ciudadanos y clamó: “no nos dejen solos” y antes de pasar el micrófono a otros de los padres aprovecha para aclarar que no es aviador de la CETEG y que el movimiento es financiado con la solidaridad del pueblo.

 

Uno a uno los familiares de los normalistas toma el micrófono, sus voces y rostros se notan desgastados, prueba de una lucha de más de 120 días. Cada uno, a su manera, cuenta el infierno que ha vivido desde el 26 de septiembre, aunque todos tienen una coincidencia: fue un crimen de Estado, el Ejército estuvo involucrado, continuarán la exigencia de que aparezcan con vida, rechazarán la organización de elecciones y desconocerán al mandatario nacional.

 

Una hora y media después de su arribó al Zócalo, el mitin termina; en uno de los costados, una figura amorfa pero con las cabezas de políticos es incendiada, los padres de familia piden conservar la calma y retirarse pacíficamente. En unos minutos, prácticamente se ha vaciado la plancha, todo transcurre con normalidad.

 

Horas antes, salvo grupos reducidos de anarquistas que hacían pintas, miles de personas salieron de los cuatro puntos cardinales de la Ciudad de México sin que hubiera reportes de incidentes.

 

En la Estela de la Luz, el padre Alejandro Solalinde junto a ministros de variadas religiones, celebró una ceremonia ecuménica, lo acompañaron familiares y sobrevivientes de la noche de Iguala.

 

Aunque han pasado cuatro meses de la tragedia, los 43 estudiantes se han convertido en un símbolo de los miles de desaparecidos e, independientemente de las acciones anunciadas por el movimiento social, en las calles de México y otras latitudes, ciudadanos de a pie demuestran que “Ayotzipa” todavía no es un caso cerrado, aunque así lo considere la PGR.

 

Se suman 56 ciudades a exigencia por los 43

 

A cuatro meses de su desaparición, la exigencia internacional por la presentación con vida de los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa no ha perdido eco. Ayer se registraron acciones y marchas de protesta en 55 ciudades de todo el mundo.

 

Durante la Octava Jornada de Acción Global por Ayotzinapa se sumaron extranjeros y mexicanos radicados en 16 ciudades de 10 países: Estados Unidos, España, Australia, Bélgica, Alemania, Francia, Suiza, Uruguay, Canadá, Holanda, Italia, Bolivia y Reino Unido, para protestar por la falta de información contundente del caso.

 

En México, hubo manifestaciones en cuando menos 41 ciudades de 25 estados. Además de la del Distrito Federal -que fue la más numerosa- en Oaxaca y Guerrero también marcharon contingentes importantes formados principalmente por normalistas, organizaciones campesinas, estudiantes y trabajadores de la educación.

 

En Oaxaca se presentaron algunas incidencias, principalmente porque en la mañana se presentaron saqueos y robos a camiones repartidores de alimentos durante la toma de la caseta de peaje de Huitzo, en la autopista Oaxaca-Puebla; los manifestantes determinaron cobrar cuotas a los automovilistas que intentaban pasar.

 

En el resto de los estados, los contingentes más importantes fueron aquellos en los que se sumaron trabajadores de la disidencia magisterial, campesinos, estudiantes y activistas de la Asamblea Nacional Popular (ANP) que desde el fin de semana pasado anunciaron que se sumarían a las marchas.

 

One reply on “Radicalizan Movimiento por Ayotzinapa”

Comments are closed.