Los directivos de cualquier empresa saben, o por lo menos intuyen, el valor que tiene la comunicación corporativa a través de Internet.

 

Emprender una campaña de comunicación online exige definir objetivos claros y entender que la audiencia online es mucho más sofisticada y selectiva que la de la Televisión o Radio.

 

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La gente cuyo hábito de consumo de información y de interacción se basa en Internet demanda de las empresas información específica, atención a problemas, soluciones a inconformidades… ser escuchados… lograr una comunicación real con la compañía: una respuesta a un mensaje.

 

En la actualidad existen multitud de ‘expertos’ en comunicación digital, como si el modelo tradicional de comunicación fuera otro al Emisor-Mensaje-Receptor-Retroalimentación. Internet solo llevó la comunicación tradicional a la velocidad de la inmediatez. Actualmente, al ver que las empresas están dispuestas a gastar millones de dólares en publicidad online, estos ‘expertos 2.0’ recurren literalmente al fraude proponiendo estrategias basadas en la compra de ‘likes’ y ‘retwitts’.

 

¿Por qué digo fraude? ¡Ah! pues porque esa estirpe de ‘expertos’ pillines califican de exitosa una campaña -por ejemplo basada en la producción y difusión de un video hollywoodense- difundida a través de Youtube, Twitter y Facebook y que muestra miles o millones de likes, views y retwitts.

 

Una campaña de 2 meses cuyo costo para el cliente fue de 20 mil dólares y cuyos resultados fueron la sorprendente cantidad de 900 mil views, 9 comentarios en Youtube, 700 mil likes en Facebook y una buena cantidad de retwitts, la suficiente para al ser multiplicada por el promedio de followers de los supuestos retwiteros arrojaba una cantidad incluso superior a los internautas del país.

 

La compra de ‘likes’ en Facebook y la generación robótica de Retwitts es la divisa de cambio de estos estrategas del marketing digital dedicados en timar al cliente. ¿Se ha dado cuenta que en Youtube cuando usted busca un video específico tiene que fumarse a fuerza un video publicitario el cual puede omitir tras unos segundos?

 

Bueno pues la cantidad de segundos que usted tiene que padecer de una publicidad -de algo que ni se enteró de qué marca fue- es el lapso mínimo necesario para que el contratante del anuncio -la agencia digital- pueda decirle al cliente que el video impacto a millones de personas (las cuales buscaban un video específico y se les impuso unos segundos de publicidad inefectiva).

 

De acuerdo con estimaciones de eMarketer, la inversión en Internet móvil ascenderá a 400 millones de dólares en el 2015 sólo en México. Obvio todo mundo busca vender estrategias digitales, sabiendo de antemano, que aunque arrojarán números impactantes con base en los algoritmos digitales, en términos de comunicación serán cero efectivas para el posicionamiento de una marca o de un servicio.

 

El éxito de una estrategia de comunicación digital no debe ser en función de los números alegres de los algoritmos y de un supuesto impacto publicitario calculado de manera mentirosa, debe ser en función del diálogo que se logre crear con personas reales en torno a la marca/ producto/ servicio.

 

La comunicación debe ser orgánica. A diferencia de la TV Internet exige ideas reales, originales, innovadoras y memorables. No producciones espectaculares. La gente se involucra en contenidos neta, con referentes de la vida cotidiana, no arte cinematográfico.

 

Si busca impactar audiencias en Internet asegúrese de que su estrategia se base en ideas cuyo objetivo sea generar un diálogo de manera orgánica -no intrusiva- con su público meta.