El jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, debió tragar gordo ayer cuando comenzó a circular la información sobre el operativo encabezado por la Secretaría de Marina Armada de México, en el que fue abatido el líder del cártel de Tláhuac, Felipe de Jesús Luna, el Ojos.

 

Y es que el funcionario fue víctima inmediata de esta operación, sobre todo en redes sociales, cuyos usuarios le recriminaron, una y otra vez, aquella frase de que en la ciudad “no hay cárteles ni delincuencia organizada’’.

 

Pues parece ser que siempre sí hay.

 

La organización del Ojos se había apropiado del narcomenudeo y era la responsable del cobro de piso y los secuestros en las delegaciones de Milpa Alta, Tláhuac, Xochimilco y Tláhuac, así como parte del municipio de Chalco en el Estado de México.

 

Era, como se puede ver, un cártel en toda la extensión de la palabra.

 

El abatimiento del líder y de siete de sus sicarios ocurrió a manos de personal de la Marina Armada de México, que acompañaba a una patrulla de federales en la zona del enfrentamiento.

 

Ni la Secretaría de Marina ni la PGR comunicaron a las Policías locales la realización del operativo, pese a que éste se basó en una investigación realizada a nivel federal y a nivel local.

 

La razón fue evitar la fuga de información ante la sospecha de colaboración de algunos policías capitalinos y funcionarios delegacionales de la zona.

 

El operativo causó que en la CDMX se estrenaran los narcobloqueos, que veíamos en zonas de Tamaulipas o Nuevo León, y que sentíamos lejanos en la capital del país.

 

Ahora la autoridad local deberá cuidar que no se repita el escenario de la disputa sangrienta del liderazgo vacante, como ocurre siempre que cae el líder de un cártel.

 

¡Gulp!

 

 

Otro que resultó víctima de las redes sociales fue el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, por aquello de que “hay que tener fe’’ en la actuación de la PGR en el caso de Javier Duarte.

 

Diputados de oposición le tundieron en Twitter, por lo que el funcionario tuvo que pedirles tregua, al menos a quienes consideraba sus amigos.

 

Ayer Osorio compareció ante diputados y senadores de la Comisión Bicameral de Seguridad para hablar de espionaje, de huachicoleros y de muchos otros temas que los legisladores se fueron guardando en los últimos siete meses.

 

 

Está muy bien que el Instituto Nacional Electoral decida establecer criterios para poner el piso parejo a todos los políticos, de cualquier partido, que quieran hacer campaña.

 

Nada más que entre sus propuestas está regular su promoción en redes sociales, lo que, de lograrse, sería una hazaña digna de reconocimiento mundial.

 

Porque una cosa es que un partido o un candidato ordenen la realización de un video y sea subido a las redes, y otra que un partidario equis tome video con su teléfono celular y lo suba a las redes, en donde seguramente sería visto por miles o millones de personas, según sea el caso.

 

¿Eso cómo se regula?

 

caem