Existen varios eventos globales y de carácter interno que empiezan a pesarle a la Fed en definir el siguiente momento para incrementar las tasas de interés.

 

En la parte global se tienen eventos geopolíticos, en los que la tensión principal está pesando con el riesgo bélico entre Estados Unidos y Corea del Norte, aunque con Siria y Afganistán también hay presiones de contención por parte de Rusia y de China. En este caso, los manejadores de fondos se dirigen a buscar una cobertura natural que lo representa, por un lado, los bonos del tesoro norteamericano y el oro. Ambos han mostrado un aumento en la demanda con algunas tomas de utilidades por momentos.

 

En Europa se estarán viviendo diferentes elecciones en Francia, Reino Unido y Alemania el 23 de abril, 8 de junio y 23 de septiembre, respectivamente. Existen, por un lado, posiciones en extrema derecha o izquierda que representan una amenaza global y para los mercados. El Brexit y la permanencia en la Zona Euro son puntos delicados y en consecuencia también se observa demanda de bonos y volatilidad de bolsas.

 

En Estados Unidos se presentan varios temas. El techo de endeudamiento necesita actualizarse, pero su incremento deberá ser aprobado por el Congreso y hoy existe el riesgo de falta de pagos a proveedores y hasta de intereses por deuda, es decir, un gobierno trabajando a “medias”. Por otro lado, estamos viendo retrasos en gran parte de las acciones que Donald Trump quería implementar “casi de inmediato a su llegada” teniendo al Congreso como un actor importante. También sigue sin conocerse a detalle la propuesta fiscal que seguramente incidirá en la economía durante 2018, aunque insisten en buscar aprobar primero la ley sanitaria para obtener recursos y con ello definir una reforma fiscal que tenga efectos significativos en el consumo, la inversión y el crecimiento.

 

Diferente información de la economía americana como una menor creación de empleos, las ventas minoristas, datos de vivienda mixtos, inflaciones más moderadas, así como la producción manufacturera han generado que las condiciones actuales reflejen un crecimiento moderado para el primer trimestre del año y en los mercados, las probabilidades para un alza en tasas de interés en junio se ubican de nuevo por debajo de 50%, por lo que podríamos llegar a una posibilidad de que la Fed evaluará una probable alza hasta el mes de septiembre.

 

Los reportes de las empresas americanas están llegando ligeramente mejor a lo esperado con algunas excepciones. Esto genera cierta tranquilidad de que la expansión de la economía se mantiene, aunque el crecimiento al cierre del primer trimestre del año podría haber estado por debajo del cuarto trimestre de 2016.

 

Así concluimos que a Donald Trump y su equipo se les está complicando su gestión. Consideramos que la ley sanitaria tardará y el riesgo de esto es que la reforma fiscal que buscan podría ser menos efectiva de lo proyectado.
Esperamos que en breve logren aprobar el nivel de techo de endeudamiento y evitar una parálisis del gobierno, que en su caso confirmaría a la Fed que no hay condiciones para subir las tasas de interés en la reunión de junio. Sin embargo, podría tener efectos negativos en los mercados accionarios como el Dow Jones, el S&P500 y el Nasdaq, entre los principales.

 

Los inversionistas se cuestionan el alcance y apoyo verdadero por parte del Congreso que pudiera tener el plan fiscal del presidente Trump.