El presidente ruso, Vladímir Putin, se despertó en Brasilia con nuevas sanciones provenientes de Estados Unidos por el caso de la anexión de Crimea y se fue a dormir, ya en Moscú, con la noticia del derribo del avión Malaysia Airlines.

 

Putin responsabilizó a Ucrania de la caída del Boeing 777 malasio con 295 personas a bordo, todos fallecidos en la tragedia, en la rebelde región de Donetsk.

“Sin duda, el Estado sobre cuyo territorio sucedió esto, tiene la responsabilidad por esta horrible tragedia”, dijo el mandatario ruso durante una reunión sobre asuntos económicos celebrado en Moscú al filo de la medianoche.

Putin cargó contra Kiev y manifestó que “la tragedia no habría tenido lugar si en esa tierra hubiera paz, si no se hubieran reanudado las acciones militares en el sureste de Ucrania”.

El líder del Kremlin encargó al gobierno ruso hacer todo lo posible para esclarecer las causas de la caída del Boeing, de cuyo derribo ya se han acusado las autoridades ucranianas y los separatistas prorrusos, los dos bandos que combaten desde hace dos meses y medio en el este de Ucrania.

“Se trata de algo absolutamente intolerable y nadie tiene derecho de dejarlo pasar sin sacar las correspondientes conclusiones y sin obtener información objetiva sobre lo sucedido”, exigió el presidente ruso.

El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU, siglas en ucraniano) aseguró haber captado una conversación en la que supuestamente los rebeldes prorrusos hablan del derribo del avión malayo.

En el vídeo colgado por el SBU en Youtube, se escucha cómo uno de los supuestos comandantes insurgentes informa a su superior sobre el derribo por error de un avión comercial en la región de Donetsk.

Según las autoridades ucranianas, el aparato pudo haber sido abatido por un cohete tierra-aire lanzado por un sistema de misiles Buk, mientras que los rebeldes aseguran que el avión fue abatido por un caza de las Fuerzas Aéreas ucranianas.

 
Sobre las nuevas sanciones por el caso de Crimea, Putin dijo que ponen en riesgo las relaciones bilaterales con Estados Unidos y perjudican no sólo a las empresas rusas, sino también a las estadunidenses.

 

Las declaraciones de Putin se conocieron después de que el presidente Barack Obama anunciara nuevas sanciones contra Rusia, particularmente dirigidas a dos importantes empresas de energía, un par de poderosas instituciones financieras, ocho empresas de armas y cuatro individuos. El aumento de la presión económica busca poner fin a la insurgencia en el este de Ucrania, que se cree está ampliamente respaldada por el Kremlin.

 

El principal índice bursátil ruso, el MICEX, cayó 2.6% tras el anuncio de las sanciones contra la petrolera rusa Rosneft, cuyas acciones bajaban 9%.