A la promesa de reducir los impuestos para la industria automotriz, el Presidente ZCCde Estados Unidos, Donald Trump sumó el compromiso de relajar las regulaciones medioambientales, que se hicieron particularmente severas durante la administración de su antecesor Barack Obama.

 
“Estamos reduciendo los impuestos de forma sustancial y estamos reduciendo regulaciones innecesarias”, dijo el mandatario antes de reunirse en la Casa Blanca con los directivos de los tres principales fabricantes de automóviles del país, General Motors (GM), Ford y Fiat Chrysler (FCA), con quienes se había enfrentado por su producción en México.

 
“Estamos dando un gran empujón para que se construyan en Estados Unidos plantas de montaje, y otras fábricas, declaró dirigiéndose a Mary Barra, de GM.

 
Si bien Trump no detalló las medidas concretas que adoptaría en materia ambiental, la actualización del portal de la Casa Blanca tras su toma de posesión delineó el compromiso de su gobierno de eliminar “políticas innecesarias y perjudiciales” como el Plan de Acción por el Clima, que han frenado a la industria.

 
En dicho plan lanzado por su antecesor se establecieron estándares para mejorar la eficiencia en el uso de combustible de los automóviles que circulan en ese país. Uno de los compromisos que en su momento asumió la industria fue lograr que en 2025 su rendimiento se duplicará a 100 kilómetros por 4.3 litros (casi 55 millas por galón).

 
Según el anunció de Barack Obama en 2011, la medida ayudaría a reducir a la mitad la emisión de gases de efecto invernadero, pero también significaría ahorros para los consumidores de casi dos billones de dólares en gastos de combustible al reducir las unidades 40% el consumo.
Esta y otras regulaciones medioambientales fueron aceptadas por los “Tres Grandes” de la industria automotriz estadunidense (Ford, GM y Chrysler), que en marzo de 2009 recibieron del gobierno de Obama un rescate financiero de 15 mil millones de dólares.

 
Esto, a pesar de la presión que significó la medida para las manufactureras automotrices al requerir la invención de tecnologías que utilicen combustibles limpios que a su vez sean eficientes y provean el mismo desempeño al que los consumidores están acostumbrados.

 
Liman asperezas

 
Ayer, tras la reunión en Washington, que duró menos de una hora, el presidente de Ford, Mark Fields, declaró que el sector estadunidense del automóvil apoya las medidas que Trump ha adelantado en los primeros días de su Gobierno.

 
El directivo, quien en las últimas semanas había sido el principal objetivo de los ataques del republicano aplaudió incluso el “valor” del presidente de retirarse del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP).

 
En tanto, el presidente del grupo Fiat Chrysler (FCA), Sergio Marchionne, reconoció que el mandatario no ofreció detalles sobre sus políticas para facilitar el establecimiento de plantas de producción en EU.

 
Mary Barra, de GM, compañía que también ha sido criticada y amenazada por Trump con elevados aranceles aduaneros en aquellos productos que importa desde México, afirmó que la colaboración del sector con la administración Trump supone “una enorme oportunidad” para “mejorar el ambiente, la seguridad, la creación de empleos y la competitividad del sector manufacturero”.

 

 

Posteriormente, GM emitió un comunicado en el que Barra añadió que mantuvieron “una discusión muy constructiva y amplia” sobre cómo pueden trabajar juntos en políticas que apoyen “una economía y sector del automóvil fuertes y competitivos, y que apoya el medio ambiente y la seguridad”.

 

 

Y Marchionne, a través de un comunicado, dijo apreciar “el enfoque del presidente de hacer que Estados Unidos sea un gran lugar para hacer negocios”.

 
La presión económica que esto impone en las manufactureras automotrices es evidente, al requerir la invención de tecnologías que utilicen combustibles limpios que a su vez sean eficientes y provean el mismo desempeño al que los consumidores están acostumbrados.

 

 

“Nos estamos enfocando en desarrollar vehículos atractivos que sean muy eficientes pero a su vez que respeten el medio ambiente”, afirmó Bill Ford, heredero del imperio Ford y director de la junta de directores de compañía.