La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) efectuó 98 visitas de inspección a los 95 zoológicos que se encuentran en funcionamiento en el país.

 

Lo anterior como parte del Programa Nacional de Inspección a Zoológicos para verificar las condiciones dignas respecto al cautiverio, manejo y manutención de 20 mil 739 animales de 370 especies silvestres de aves, mamíferos y reptiles que albergan dichos recintos.

 

En un comunicado, la dependencia señaló que se diseña un nuevo programa de supervisión de zoológicos enfocado a cuidados y manutención de especies prioritarias.

 

Resaltó que la meta establecida en el programa nacional fue la de inspeccionar a 92 de los 108 zoológicos registrados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); misma que fue superada al llevar a cabo diligencias en 95 de ellos y constatar que los 13 restantes se encuentran fuera de operación.

 

“En total la PROFEPA realizó 98 visitas de inspección, toda vez que en los zoológicos de Tangamanga en San Luis Potosí; de Altamira en Tamaulipas y el Centenario en Yucatán, se realizaron más de una visita en cada uno de ellos”, dice el comunicado.

 

Mediante las inspecciones aplicadas por 30 delegaciones federales de la Profepa se realizó el inventario físico de 20 mil 739 aves, mamíferos y reptiles, de los cuales se verificó su legal procedencia mediante el cotejo de documentos y sistemas de marcaje asignados a cada uno.

 

En total fueron asegurados precautoriamente 4 mil 186 animales a 58 zoológicos, al no acreditarse la legal procedencia de los ejemplares o se observaron situaciones respecto al trato digno y respetuoso.

 

Entre otros aspectos verificados en cada una de las inspecciones, fue el cumplimiento de los términos y condicionantes de sus respectivos registros y sus planes de manejo. Por otro lado, se verificó que cada zoológico haya cumplido con sus obligaciones administrativas, como la presentación ante la Semarnat de sus informes de actividades, de sus inventarios de altas y bajas de ejemplares.

 

Refiere que el programa aplicado durante los últimos 12 meses exigió a la Profepa una gran inversión de recursos humanos y materiales, pues de acuerdo al inventario de animales confinados en algunos zoológicos.

 

“Se requirió la participación de varios inspectores y varios días de trabajo, como fue el caso de las visitas aplicadas a los zoológicos de Morelia en Michoacán, el Miguel Álvarez del Toro en Chiapas, el Parque Yumká en Tabasco, el de Chapultepec en la Ciudad de México, el de Zacango en el estado de México y La Pastora en Nuevo León”, dice el texto.

 

Entre los ejemplares asegurados se encuentran especies como: coyote, guacamaya verde, guacamaya roja, aguililla de Harris, loro corona azul, Iguana verde, venado cola blanca, loros y pericos, jaguar, tigre, cocodrilo de pantano, cocodrilo de río, gato montés, hipopótamo, jirafa, tortuga.

 

Mediante este programa, la Profepa encontró, en general, que los zoológicos del país velan por el buen cuidado y manutención de los animales, pues solo el 3% (133) de los ejemplares asegurados, fue motivado por faltas sobre trato digno y respetuoso.

 

La Procuraduría destacó que en el marco de este programa, también fueron atendidas denuncias ciudadanas por la muerte de algunos ejemplares, como fue el caso del Parque zoológico Yumká en Tabasco.

 

Otra denuncia atendida fue la de situaciones de maltrato de un tigre de bengala en el zoológico Wamerú en Querétaro, por lo que mediante la investigación de la Profepa se observó que la fotografía de la cual se desprendió la denuncia correspondía a un hecho suscitado meses antes, y que la herida fue producida por el mismo ejemplar que frotó su nariz con demasiada fuerza y en repetidas ocasiones en los troncos que tiene en su albergue donde quedó impregnada sangre de la carne con que se alimentaba, lo que ocasionó las laceraciones en la parte superior de la nariz.

 

“La Profepa continuará con la supervisión de los zoológicos a través del diseño de un nuevo programa de inspección, cuyo objeto será centrarse en las condiciones de cuidado y manutención de grupos o especies prioritarias, o que requieran de cuidados especiales, ya sea por su relevancia en términos de su estatus de protección o de su población en vida libre y cautiverio”.  dmh