WASHINGTON. El presidente del Grupo Volkswagen en Estados Unidos, Michael Horn, testificará el próximo jueves ante el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes del Congreso estadunidense para declarar sobre el trucaje de los motores diésel de Volkswagen.

 

El comité anunció hoy que además de Horn, Christopher Grundler y Phillip Brooks, dos altos funcionarios de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por su sigla en inglés), el organismo que reveló la manipulación para ocultar las emisiones reales de los motores, también prestarán declaración.

 

Grundler es el director de la Oficina de Transporte y Calidad de Aire, mientras que Brooks es director de la División de Aplicación de Legislación sobre Aire.

 

El comité ha solicitado a Volkswagen y EPA documentos sobre el escándalo revelado el pasado 18 de septiembre y que fue posteriormente reconocido por el fabricante de vehículos alemán.

 

La comparecencia de Horn, que se ha disculpado públicamente por las acciones de la compañía, será la primera de un alto ejecutivo de VW ante los legisladores estadunidenses.

 

VW se enfrenta a numerosas demandas colectivas en Estados Unidos e investigaciones de varias agencias gubernamentales.

 

Tras la revelación de que VW manipuló con software las pruebas de emisiones en unos 480 mil vehículos vendidos en Estados Unidos entre 2009 y 2015, el entonces presidente de la compañía, Martin Winterkorn, dimitió del cargo aunque rechazó cualquier responsabilidad en el escándalo.

 

VW ha indicado que alrededor de 11 millones de vehículos en todo el mundo están equipados con el motor Tipo EA 189, un turbo de inyección directa diésel de 2 litros, en cuyo software se ha detectado el trucaje.

 

Aunque Horn comparecerá ante el comité, el pasado 29 de septiembre Winfried Vahland fue nombrado como presidente y consejero delegado para Norteamérica (Estados Unidos, México y Canadá) del Grupo Volkswagen como “parte de la descentralización de las actividades” de la compañía.

 

El escándalo también ha salpicado a EPA, que durante años fue incapaz de descubrir la manipulación hasta que un grupo independiente realizó pruebas con varios automóviles diésel y comunicó al organismo las discrepancias entre las cifras oficiales y las obtenidas.

 

A la vista de la manipulación, EPA anunció a finales de septiembre el endurecimiento de las medidas de control medioambientales para todo el sector e intentar descubrir sistemas de trucaje similares al utilizado por VW.