‘Un fantasma recorre al PRD: el fantasma de MORENA’… o por lo menos esto se desprende de las actitudes de los mandamases perredistas y sus declaraciones; juntos o aparte, calladito o fuerte, se refieren al partido de Andrés Manuel López Obrador…

 

…Ya para descalificarlo o como posible aliado en la lucha política futura. Temen la desbandada de perredistas que comulgan con AMLO; temen la creciente fortaleza del nuevo partido; temen a la opción de un partido nacional para muchos militantes que ya no se encuentran en un PRD de naturaleza conflictiva…

 

Temen el fracaso electoral y la pérdida de privilegios, poder  y prerrogativas; aunque ese poder sea como el que consiguieron en Oaxaca en una alianza de ‘agua y aceite’ con el conservador Partido Acción Nacional (PAN) para llevar al gobierno a su fracaso común: Gabino Cué Monteagudo.

 

Así que, como quien no quiere la cosa, saben que los adversarios políticos a vencer en las elecciones intermedias de 2015 no son sólo el PRI y el PAN: ahora también MORENA-MORENA-MORENA: su obsesión.

 

El ex líder nacional del PRD, Jesús Ortega, dice que AMLO ‘tiene concepciones que no son de izquierda, sino populista’;  y trata de minimizar a uno de sus dolores de cabeza: “…nadie sabe cómo va a impactar la presencia de tres nuevos partidos, uno de ellos MORENA, a todos los partidos…”

 

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“Hay cuando menos dos visiones de izquierda en México –dice  Ortega-: una visión fanática, intolerante, populista, demagógica, anacrónica, a veces de un nacionalismo pernicioso, anclada en el pasado, viviendo en el siglo XIX… (‘Lo que el señor quiso decir es MORENA-AMLO’). Y hay una izquierda –Siglo XXI- que es capaz de dialogar, y que sabe que el diálogo es consustancial a la política, que sabe dialogar en el Congreso y fuera de él, que también sabe impugnar enérgicamente como lo hemos hecho…” ¿Resabios de antiguas afrentas?

 

Mientras tanto, para el coordinador del PRD en el Senado, Miguel Barbosa, se debe buscar una estrategia electoral común con AMLO y no verlo como un competidor. Y así la historia.

 

El domingo 7 de septiembre de este año, ‘las fuerzas internas’ del PRD habrán de renovar los órganos directivos de un partido político que quiere mostrar fortaleza pero que en su atomización está su debilidad y su falta de definición ideológica, aunque se vista de socialista…

 

Ese día 87,710 candidatos buscarán obtener cinco mil 400 cargos en los consejos nacional, estatales y municipales, además del Congreso Nacional en una maraña interminable de intereses de grupo y de tribus.

 

Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno del DF, impulsa a Manuel Granados –Asamblea Legislativa del DF-, Héctor Serrano, secretario de Gobierno del DF a él mismo y a Alejandro Serrano, su hermano, así como a Daniel Cravioto; Jesús Ortega, líder de Nueva Izquierda, en alianza con Alternativa Democrática de Héctor Bautista, ‘van por la mayoría en los órganos directivos…

 

René Bejarano (el inolvidable “señor de las ligas”), líder de Izquierda Democrática Nacional (en alianza con opositores a Nueva Izquierda y ADN, buscan mayoría e impulsa –but of course– a su esposa Dolores Padierna en tanto que el coordinador del PRD en el Senado, Miguel Barbosa, separado ya de Nueva Izquierda, registró candidatos en 31 entidades, con corriente propia.

 

Todos quieren el poder y la gloria: todos quieren ‘ser’ en el PRD; todos apuestan por los hombres y sus nombres, pero pocos establecen cuál será el camino a seguir en tanto gobierno y perspectiva social –de izquierda- si llegan a ganar mayoría en las intermedias de 2015: 17 estados, nueve gobernadores, congresos y ayuntamientos.

 

Lejana la posibilidad de la unidad de la izquierda mexicana, cada uno busca su propia fortaleza política, de poder y mando: lo cual es, en sí mismo, una negación de izquierda, que es la lucha por el poder, no por el poder mismo en una efervescencia hedonista, si por un gobierno social, con resultados democráticos y de gobierno de beneficio social en justicia e igualdad y respeto…  ¿Cuál de los gobernantes que son egresados del PRD lo han hecho?…

 

¿Lo hace el señor Miguel Ángel Mancera que llegó al gobierno del DF con las siglas perredistas pero que gobierna más en tono panista? ¿Lo hace el susodicho señor Gabino Cué? ¿Esas son sus promesas de gobierno?…

 

Lo dicho y repetido mil veces, y más: Sí hace falta, mucha falta, una izquierda sólida, consecuente y respetable en México. Urge. Estamos en un momento crucial del país y en una ausencia de opciones democráticas. Mientras tanto, los hombres del PRD luchan y se pelean por posiciones de gobierno interno… “sin gritos ni sombrerazos”, prometen. ¿Será? Ya lo veremos. A ver si no salen con su “domingo siete”.