El Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Revolucionario Institucional (PRI) delinean un Pacto de Civilidad en la Ciudad de México para evitar que las próximas campañas electorales estén marcadas por las descalificaciones y la guerra sucia, pero para Acción Nacional (PAN) se trata sólo de un acto de simulación.

 

En una encerrona celebrada ayer por la mañana en un hotel cercano a la Alameda Central, en el Centro Histórico, los dirigentes partidistas se fijaron como fecha límite para la presentación del acuerdo el próximo domingo, un día antes del arranque de las campañas electorales en la Ciudad de México.

 

Dicho Pacto busca hacer campañas sin descalificaciones, blindar los programas sociales para que las autoridades capitalinas y delegacionales eviten el uso electoral de los mismos, además de crear lineamientos para evitar contaminar las calles y equipamiento urbano de la Ciudad con propaganda.

 

“Se habló de la necesidad de que haya una regulación de los programas sociales. El PRI y las demás fuerzas (políticas) fueron enfáticas en que tienen que ser vigilados, regulados y aquellos que no sean por ley no pueden estar en operación”, explicó Raúl Flores, dirigente capitalino del PRD.

 

Al respecto, el presidente del PRI-DF, Mauricio López, dijo que se trabaja para “tener un ánimo diferente en la capital y que ante la irregularidad, se presenten denuncias fundamentadas, denuncias con pruebas y que no se haga de la queja una estrategia de campaña”.

 

PAN acusa teatro

De su lado, el PAN-DF acusó que el pacto de civilidad es una “simulación”, pues basta con apegarse a lo que dicta la ley para tener una campaña pareja y sin irregularidades.

 

“Más que pactos de civilidad lo que urge en la ciudad es que la autoridad actúe para poner fin al uso de recursos públicos con fines electorales, a la compra de votos y al amedrentamiento de los opositores”, subrayó Mauricio Tabe, líder del PAN local.

 

En el mismo sentido se expresó en días pasados el presidente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Martí Batres, quien tras una reunión con el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, dijo que rechazan el Pacto de Civilidad porque “hay leyes y basta con que se cumplan para que todo se realice de forma ordenada”.

 

Dada la negativa del PAN y Morena, el perredista Raúl Flores los llamó a sentarse en “una mesa en donde todos hemos puesto la mayor voluntad para no incurrir en estos actos de manera generalizada y grosera como se han venido dando en la Ciudad”.

 

La búsqueda del acuerdo es resultado de la convocatoria que hizo el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, quien ante la tardía respuesta por parte de los dirigentes partidistas optó por hacerse a un lado y señalar que la firma del Pacto es responsabilidad de los partidos.

 

“Si no se firma, pues van a seguir trabajando como siempre, pero no es ya una responsabilidad del jefe de Gobierno, es decir, no está en mi cancha, que si no lo firman ni modo. Ahora sí fue como las campanadas: quien quiera acudir que acuda y quien no quiera acudir, pues que no acuda”, dijo apenas el lunes pasado.