“O povo unido não precisa de partido (El pueblo unido no necesita de partido)” o “Esto no es samba, es lucha por la democracia”, son consignas que se escuchan en las protestas en Brasil, el país que organiza el carnaval más famoso, donde la batucada retumba en las caderas de mujeres en bikini y uno de los más futboleros, pero cuyos ciudadanos van más allá estos placeres, pues millones han inundado las calles para protestar contra el gobierno de Dilma Rousseff.

 

Las manifestaciones, que ya cobraron dos vidas, iniciaron con concentraciones grandes, pero en los últimos días se han vuelto tan masivas que un millón de brasileños tomaron 80 ciudades el jueves pasado. Las protestas han subido de tono, según reseñaron algunos medios, pero lo que hay de fondo es que los inconformes cada vez son más y están más enojados con el gobierno de Rousseff, a quien abuchearon en el partido inaugural de la Copa Confederaciones que disputó Brasil contra Japón y la han obligado a aplazar su viaje a China hasta la semana siguiente.

 

Luego del desaire de la politizada afición brasileña, Rousseff sólo atinó a declarar que escucha la “voz de la calle” y que atiende sus demandas, dicho que no parece tener lugar en los hechos, o así lo indica la ira de las personas que participan en las masivas protestas, que han logrado contagiar a más gente y extender sus demandas a una variedad de temas.

 

Inicialmente las protestas tuvieron por objetivo el aumento de tres reales al transporte público que abarcaba el autobús, el metro y el tren, y que entró en vigor a inicios de junio, pero, ante la presión social, para el miércoles pasado nueve ciudades, entre ellas Río y Sao Paulo, ya habían reculado con el alza en la tarifa.

 

(Foto: AP)

 

Contra la represión policial

 

Las protestas siguieron contra la represión policial durante las marchas, en las que incluso se utilizaron balas de goma para intentar disuadir a los inconformes. “Balas de borracha não apagam a verdade (Las balas de goma no apagan la verdad)”, fue la respuesta de los miles y miles que han tomado las calles.

 

Este lunes, en una marcha en Belo Horizonte que reunió cerca de 20 mil personas según medios locales, la policía utilizó gases lacrimógenos y balas de goma para evitar que manifestantes se acercaran al estadio mundialista Mineirao.

 

La agencia AP capturó una fotografía justo cuando un policía antimotines descarga todo el gas de su lata sobre el rostro de una mujer que participaba en las marchas y a quien no se le ve más ningún tipo de arma ni máscara, palos o piedras, ni siquiera una pancarta con consignas.

 

(Foto: Victor R. Caivano, capturada el 17 de junio en Río de Janeiro)

 

De acuerdo con analistas los enfrentamientos evidencian a las autoridades por no saber lidiar con las protestas callejeras que hace décadas no se daban en Brasil y esto expone una herencia que la policía arrastra del gobierno militar que estuvo al mando de 1964 a 1985.

 

Sin embargo, las autoridades negaron cualquier exceso de sus agentes y, como ocurre en cualquier país, prometieron investigar y castigar cualquier abuso policial, sin que hasta el momento algún policía haya sido apresado.

 

Pero no todo es crítica a la fuerza del estado, pues esta semana se difundió un video en el que se observa a un policía de Río de Janeiro separarse del grupo para hincarse y luego arrojar su arma a una hoguera en medio de una avenida.

 

Luego de recibir muestras de aprobación de los manifestantes se le oye exclamar en una escena cargada de emoción: “¿Servir a un gobierno así?”, “¡Estoy avergonzado, maldita sea! ¡Me avergüenza nuestra situación!”.

 

(Foto: AP)

 

No al derroche por el futbol

 

El aumento al transporte público sólo fue la chispa que prendió la hoguera en Brasil, pues las causas de las protestas se han ampliado a una gama de temas para pedir mejores servicios de hospitales, escuelas, educación, mayor seguridad, menos pobreza y corrupción gubernamental.

 

Pero también gritan un “no” generalizado al derroche de millones de pesos en la organización de la Copa Confederaciones, actualmente en curso, el Mundial de 2014, los Juegos Olímpicos del 2016 y la visita del papa Francisco el siguiente mes.

 

“Renuncio a la Copa del Mundo. Quiero dinero para la educación y la salud”, se escuchó clamar a los manifestantes en la capital Brasilia.

 

(Remodelaciones de estadios. Foto: EFE)

 

El pasado miércoles el gobierno brasileño informó que tras una revisión de sus cálculos sobre el costo de las obras necesarias para el Mundial de 2014 se invertirán 28 mil millones de reales, que equivale a cerca de 13 mil millones de dólares, según datos oficiales.

 

Hasta febrero pasado, las autoridades calculaban el gasto público en las obras de infraestructura para el torneo organizado por la FIFA en 26.5 millones de reales, unos 12 mil 300 millones de dólares.

 

Esas obras, que se adelantan en las doce ciudades que serán sedes del Mundial, abarcan desde la construcción de los estadios hasta proyectos viales y otros para mejorar la calidad del transporte público.

 

Los gastos públicos previstos para el Mundial y la pésima calidad y aumentos del precio del transporte público han generado una ola de protestas por todo el país, que en algunos casos se han registrado frente a los estadios en que se disputa la Copa Confederaciones, como fue el caso del partido de Brasil contra México y en el día inaugural el pasado sábado en los duelos de Brasil y Japón, en Brasilia, y en el que jugaron México e Italia hace una semana, en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.

 

(Foto: AP)

 

Rousseff promete gran pacto

 

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff respondió  dispuesta a recibir a líderes de los movimientos que convocaron las protestas que han sacudido al país en los últimos días y reiteró su “enérgica condena” a la violencia ocurrida en algunas de esas manifestaciones.

 

“Voy a recibir a los líderes de las manifestaciones pacíficas, de sindicatos y asociaciones populares” pues “precisamos de todas sus contribuciones, reflexiones y experiencias”, declaró Rousseff en un mensaje en cadena nacional.

 

Después de que este jueves las protestas alcanzaron su mayor grado de efervescencia, con cerca de 1.2 millones manifestándose en un centenar de ciudades del país, Rousseff afirmó el carácter “democrático” de las movilizaciones, que “prueban el deseo de la juventud de hacer avanzar a Brasil”.

 

 

(Foto: AP)

 

Del mismo modo que pretende recibir a líderes de las protestas “pacíficas”, dijo que se reunirá con las autoridades del Parlamento, del Poder Judicial, con gobernadores y alcaldes, a fin de elaborar un “plan nacional de movilidad urbana”, puesto que las protestas se originaron inicialmente por el alza del precio del transporte público.

 

Sobre el área de salud, insistió en que su gobierno se apresta a “traer de inmediato a millares de médicos del exterior para ampliar la atención”, un objetivo que es rechazado por los colegios profesionales del país.

 

Según la mandataria, “las manifestaciones trajeron importantes lecciones”, lograron anular el polémico aumento de los precios del transporte público y deben ser “aprovechadas” para “promover más cambios en favor de la sociedad”.

 

Rousseff afirmó que es “la presidenta de todos, los que se manifiestan y los que no”, indicó que el “mensaje de cambio” que “viene de las calles es directo” y reiteró que debe ser escuchado, así como había dicho el pasado martes, cuando se refirió por vez primera a las movilizaciones.

 

(Foto: EFE)

 

También se refirió a la Copa Confederaciones, ensayo previo al Mundial de fútbol y que se celebra actualmente en Brasil, la cual ha sido blanco de las protestas por el elevado gasto público en un evento organizado por la FIFA.

 

Explicó que el dinero aportado por el Gobierno sólo supone una “financiación” para las empresas que construyeron los estadios y que será devuelto.

 

“Jamás permitiría que esos recursos salieran de las arcas del Gobierno”, garantizó la presidenta, quien recordó que Brasil es el único país que ha ganado cinco mundiales y ha estado representado en todos los disputados hasta ahora.

 

“Brasil siempre fue muy bien recibido en todas partes. Debemos ahora darle a los pueblos hermanos la misma recepción, con respeto, cariño y alegría”, apuntó Rousseff, quien reiteró su convicción de que, el año próximo, el país “hará un gran Mundial”.

 

 

Buscan salir a flote

 

En los números, Brasil vino desde abajo para situarse, el año pasado, en la sexta economía del mundo, por encima del Reino Unido. En ese entonces el ministro de Economía, Guido Mantega, predijo que el país podría dejar atrás a Francia y Alemania, pero los festejos parecen haber sido exagerados, pues volvieron a caer a la posición siete y se prevé que podría volver a su antiguo puesto hasta el 2016.

 

Además Brasil, que creció 7.5 % en 2010, terminó 2011 con un 2.7 % y el año pasado habría crecido apenas un 1 %, lo que significa una pérdida de 6.5 puntos porcentuales en su crecimiento en tan sólo tres años.

 

Para reducir la sobrevaluación del real y aumentar la competitividad de la industria local, el gobierno de Rousseff redujo la tasa de interés, una de las más altas a nivel mundial, del 12% al 7.25, la cifra más baja de la historia reciente, y devaluó el real más de un 30% desde julio de 2011.

 

Además se bajaron los impuestos a la industria y se prometió reducir las tarifas de energía, que son las terceras más altas del mundo y está tratando de acelerar los proyectos de infraestructura vinculados con la Copa del Mundo de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, lo que le significa gastos millonarios que han enfadado a la sociedad.

 

(Foto: EFE)

 

Segundos consumidores de cocaína

 

Otro dato que es de resaltarse es que el realizado el Informe Nacional de Alcohol y Drogas, elaborado por la Universidad Federal de Sao Paulo (Unifesp) el año pasado, mostró que 5.6 millones de adultos y 442 mil menores de entre 14 y 17 años de edad admitieron haber consumido cocaína en la forma de productos derivados del alcaloide como “crack”.

 

“Nuestro estudio mostró que el país es el segundo mayor mercado de cocaína y sus derivados en el mundo en cuanto al número absoluto de usuarios y que Brasil representa el 20% del consumo mundial”, explicó el psiquiatra Ronaldo Laranjeira, coordinador del informe.

La Unifesp comparó los datos obtenidos con estadísticas internacionales, entre ellas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para concluir que Brasil es el segundo mayor consumidor de cocaína y sus derivados en el mundo.

 

Esa posición es atribuida por Laranjeira al alto consumo de “crack” en Brasil. “Ningún país en el mundo tiene un millón de consumidores de crack”, afirmó.

 

La lista la encabeza Estados Unidos con cuatro millones que consumieron en el último año, y después de Brasil (2.8 millones) están los demás países sudamericanos en general (2.4 millones), Reino Unido (1.1 millones), España (0.8 millones) y Canadá (0.5 millones), según datos citados en el estudio.

 

(Foto: EFE)

 

El futbol se politiza

 

El famoso “jogo bonito” de Brasil ya no acapara las primeras planas, o al menos comparte espacios con las noticias sobre las protestas en Río, Sao Paulo y otras ciudades brasileñas.

 

Incluso la escuadra “verde amarelha” ha expresado su apoyo a los manifestantes. “La selección es del pueblo, somos del pueblo”, aseguró el técnico Luiz Felipe Scolari, que desde que asumió la selección a finales del año pasado, busca reconquistar la confianza de su hinchada, perdida en el mal desempeño del equipo.

 

A partir de la declaración de su técnico varios jugadores también externaron su simpatía con los manifestantes a quienes también les dieron la razón en sus demandas, una de ellas el gasto desmesurado para la organización de la Copa Confederaciones, el Mundial del siguiente año y los Juegos Olímpicos del 2016.

 

Daniel Alves, del Barcelona, publicó en su cuenta de Instagram una foto con la imagen de un ojo gigante con los colores amarillo y verde, y el lema de la bandera nacional ‘orden y progreso’, acompañado de la leyenda:

 

“Orden y progreso sin violencia por un Brasil mejor por un Brasil en paz por un Brasil educado por un Brasil saludable por un Brasil honesto por un Brasil feliz”.

 

(Foto: EFE)

 

Poco después, antes del entrenamiento del martes previo a su encuentro contra México, el zaguero David Luiz, del Chelsea, y el delantero ‘Hulk’, del Zenith, también se pronunciaron a favor de las manifestaciones.

 

“Lógico que por venir de abajo y estar ahora en una buena posición vemos esas manifestaciones y sabemos que tienen toda la razón ahí, que lo que hablan y dicen tiene total sentido”, dijo Hulk.

 

“Soy un brasileño que vive fuera, pero que ama su país. Estoy a favor de una manifestación pacífica. Los ciudadanos tienen derechos, solo basta los brasileños estar unidos y manifestar por aquello que tiene que mejorar”, indicó David Luiz.

 

Pero también el delantero estrella de Brasil, Neymar, expresó su opinión a favor de los inconformes: “Estoy triste por todo lo que está pasando en Brasil. Siempre tuve fe en que no sería necesario llegar al punto de ‘tomar las calles’ para exigir mejores condiciones de transporte, salud, educación y seguridad, esto es todo OBLIGACIÓN del gobierno. Quiero un Brasil más justo, más seguro, más sano y más honesto!”, comentó en una publicación con la bandera brasileña en su cuenta de Instagram.

 

Scolari aplaudió “la personalidad” de sus jugadores al expresar estas opiniones y aseguró que ninguno es censurado.

 

El presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, Jose Maria Marin dijo a la prensa que no ve objeciones en las declaraciones de los jugadores sobre las manifestaciones.

 

“La CBF se preocupa del jugador en la parte deportiva. Pero la libertad de expresión existe. Les damos la libertad, no existe, no existirá censura”.

 

(Foto: Especial)

 

Pelé recibe abucheo virtual

 

Edson Arantes do Nascimento “Pelé” recibió un enorme “abucheo virtual” en las redes sociales de Brasil, tras pedir que cesen las protestas y que sus compatriotas se concentren en apoyar a la selección en la Copa Confederaciones.

 

“Olvidemos toda esta conmoción que hay en Brasil, todas estas protestas, y recordemos que el equipo brasileño es nuestro país y nuestra sangre”, dijo Pelé en un mensaje televisivo que circula en internet y que grabó vestido con la camisa amarilla de la selección brasileña.

 

El llamado del que para muchos fue el mejor futbolista de todos los tiempos fue totalmente opuesto a lo que pregonan incluso varios jugadores de la selección, como Neymar, que han manifestado su apoyo a las protestas que desde hace más de 10 días sacuden al país.

 

Las protestas han sorprendido a la FIFA, pero el coordinador de Responsabilidad Social de la entidad, Federico Addiechi, dijo este martes que las manifestaciones que ocurren en Brasil en plena Copa Confederaciones merecen “aplausos” y demuestran el “vigor de la democracia” que impera en el país.

 

“El derecho a manifestarse es una gran cosa y podemos ver cómo eso está pasando en un país democrático como es Brasil”, declaró el funcionario de la FIFA.

 

Aunque el gasto público en esa cita deportiva figura junto con el aumento del precio del transporte como los principales motivos de las protestas, Addiechi dijo que debe “celebrarse” que la ciudadanía “luche” por sus derechos.

 

“Está pasando en la Copa Confederaciones, pero si fuera en el Mundial de 2014, las personas tienen derecho a protestar y eso merece aplausos”, indicó.