Detrás de los enfrentamientos en Tamaulipas de las últimas horas, que han dejado por lo menos 18 personas muertas, está una disputa interna en el Cártel del Golfo (CDG) por el control de una mina de oro para el crimen: el puerto de Tampico y el llamado corredor sur del estado.

 

Quien tome esta zona, no sólo tiene el control del segundo puerto en importancia del Golfo de México, y de traslado por mar de droga hacia la frontera de Estados Unidos, también monopolizará las posibilidades de extorsión, del robo de combustibles y, tal vez aún más importante, de una de las cuencas más importantes del llamado “gas shale”.

 

Autoridades federales revelaron que después de la captura a finales de febrero de Javier Garza Medrano, alias El Porrón o Comandante 14, se inició un proceso violento de lucha y depuración en el grupo criminal, que involucra por lo menos a seis células, y que tiene como objetivo instaurar un nuevo control de esta región.

 

Son principalmente cuatro municipios los que conforman este corredor: Tampico y Madero, donde se han registrado la mayor parte de los homicidios; así como como Altamira y González que son contiguos.

 

Tampico, según datos oficiales, es el segundo puerto en importancia del Golfo, y el segundo con mayor crecimiento a nivel nacional. Es entrada y salida de productos mineros, petroquímicos, acero, madera e industriales. Tiene dos terminales públicas y seis privadas. Sus operaciones abarcan 20 líneas navieras que lo enlazan con más de cien países del mundo.

 

Todo ello abre la prueba a los delincuentes para actividades ilegales como el contrabando, el robo o el llamado “cobro de derecho de piso”.

 

El puerto de Tampico también es utilizado por los narcotraficantes para el traslado a través de lanchas rápidas de la droga, que luego es traficada por Matamoros a Estados Unidos

 

Además el corredor sur es también la puerta de entrada a la región carbonífera de San Fernando, lo que permite dos cosas: establecer o extorsionar a operadores y transportistas legales, o participar en la explotación ilegal a través de los llamados pocitos.

 

Y como “cereza del pastel”, para los criminales están los hidrocarburos. Altamira y González son sitios en los cuales es común el robo de estos recursos energéticos, pero el área podría cobrar aún mayor relevancia por las cuencas probables que hay en el área del “gas shale”, y que son las más grandes del país y posiblemente del continente.

 

La organización especializada en crimen organizado Insight Crime advirtió, en un análisis publicado en febrero pasado, que la creación de infraestructura para la extracción de dicho gas es un nuevo blanco para los grupos criminales.

“Por donde se le vea, es una posición estratégica para los criminales y de ahí que presume que estos municipios están ahora bajo disputa luego de la caída de los líderes que las controlaban”, dijo un funcionario federal con conocimiento del caso.

 

Depuración y violencia

 

El último dato actualizado hasta el cierre de esta edición indica que la violencia generada por el crimen organizado en Tampico y Madero, ha cobrado la vida de 18 personas en un lapso de sólo tres días.

 

Los últimos decesos se registraron este lunes con el hallazgo de tres hombres muertos por heridas de arma de fuego en diversos puntos de Tampico.

 

Hasta ahora, el hecho con mayor número de víctimas se registró la noche del domingo en la colonia Morelos, en Tampico, donde sicarios asesinaron a cinco hombres y a una mujer frente a una gasera.

 

Reportes de inteligencia naval entregados al Grupo de Coordinación Tamaulipas identifican por lo menos a seis células dentro del CDG que estarían disputando el control del corredor sur.

 

Los homicidios, como se observa de lo reportado por las fuentes consultadas, obedecen a una lógica de depuración entre las distintas células criminales del cártel.

 

Ayer se informó que el Ejército detuvo a cuatro presuntos integrantes de una de estas células en dos “casas de seguridad” en Tampico. Se encontró además un arsenal compuesto por siete fusiles de diferentes calibres, una escopeta calibre 12, un lanzagranadas, tres subametralladoras, dos granadas de mano tipo piña, una granada de mano de gas, dos granadas de fusil, una mira telescópica, 80 cargadores metálico.