WASHINGTON. La muerte de un muchacho negro de 18 años que estaba desarmado a manos de un policía blanco en un suburbio de San Luis enfocó nuevamente la atención de todo el país en el equilibrio racial entre las fuerzas policiales y las comunidades que sirven.

 

 

Un análisis de la Agencia AP comprobó que la brecha racial entre los agentes negros y las comunidades donde trabajan ha disminuido en la última generación, sobre todo en unidades que antes no eran demasiado diversas, pero se percibe una disparidad mucho más grande entre los hispanos. En Waco, Texas, por ejemplo, una comunidad donde el 30% de sus residentes son hispanos, hay apenas 27 agentes hispanos entre los 231 efectivos de esa fuerza: un 11.7%.

 

 

En todo Estados Unidos hay numerosos departamentos de policía que se asemejan al de Ferguson, Missouri, donde una fuerza mayormente blanca protege una comunidad predominantemente negra.

 

 

Luego de los disturbios que hubo tras la muerte a tiros de Michael Brown, el secretario de Justicia Eric Holder afirmó que había muy pocos agentes negros en la policía de esa ciudad. “Las fuerzas policiales deben reflejar la diversidad de las comunidades que sirven”, sostuvo.

 

 

El Departamento de Justicia decidió investigar las prácticas de los últimos años en el departamento de policía de la ciudad, incluidos los patrones de paradas, arrestos y uso de fuerza, así como el tipo de entrenamiento que reciben los agentes, según un informante al tanto de la iniciativa. La persona habló a condición de no ser identificada porque la investigación no había sido anunciada oficialmente todavía.

 

 

Lo ocurrido en Ferguson, no obstante, no es algo tan frecuente como hace 20 años y en la mayoría de los casos, las poblaciones minoritarias no tienen suficiente representación en sitios como Anaheim (California), West Valley City (Utah) y Providence (Rhode Island), donde hay grandes comunidades de hispanos y pocos agentes de ese origen.

 

 

Menos comunes todavía son las situaciones que se viven en ciudades como Ferguson, Chester (Pensilvania) y Maple Heights (Ohio), donde el grueso de los agentes son blancos y sirven en comunidades mayoritariamente negras.

 

 

En Anaheim, por ejemplo, cuyo departamento de policía tiene uno de los peores equilibrios raciales del país, la matanza de dos hispanos por parte de la policía en 2012 desató protestas airadas que duraron semanas. Si bien más de la mitad de la población es hispana, solo el 23% de la fuerza policial es de ese origen.

 

 

“Hay una gran brecha entre la comunidad y la policía”, afirmó Theresa Smith, integrante de la Coalición Comunitaria de Anaheim, que busca mejorar la supervisión de la policía. La policía mató a tiros a un hijo de Smith en 2009. “No podrás acortar la brecha si la gente no confía en ti”, dijo la mujer.

 

 

The Associated Press comparó datos de la Oficina del Censo sobre la composición racial y étnica de las comunidades con estudios hechos por el Departamento de Justicia de más de mil 400 departamentos de policía entre 1987 y 2007, el año más reciente del que hay información disponible. Seguidamente The Associated Press comparó la composición racial de los departamentos de policía y de las comunidades que sirven.

 

 

Comprobó que desde 1987 la representación de los negros mejoró en sitios como Nueva Orleáns y localidades de Nueva Jersey como East Orange y Plainfield.

 

 

Encontró al menos 49 departamentos que sirven comunidades mayoritariamente hispanas en los que más de la mitad de los agentes son blancos. Esto representa cinco veces la cantidad que había en 1987, en que las mayores disparidades se daban con los negros, que estaban poco representados en comunidades negras.

 

 

Nueva Orleáns tiene uno de los departamentos más equilibrados del país. No obstante, en 2011 el Departamento de Justicia determinó que discriminaba a los afroamericanos y hay quienes piensan que hace lo mismo con los hispanos. AP