El aumento de desechos de plástico y el abuso de productos químicos son algunas de las principales amenazas al medio ambiente.

 

Así lo alertó la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la cual reunió en la capital de Kenia, del 4 al 6 de diciembre, a más de cuatro mil personas entre Jefes de Estado y de Gobierno, ministros y expertos para analizar el problema de la contaminación y medidas para reducirla.

 

La asamblea aprobó su primera declaración firmada por más de 100 ministros de Medio Ambiente con un llamado a una “urgente acción rápida” para frenar la polución que afecta la salud, el bienestar, los ecosistemas, las economías, la seguridad y la supervivencia.

 

“Cada año arrojamos entre 4.8 y 12.7 millones de toneladas de plástico en nuestros océanos y se generan anualmente más de 40 millones de toneladas de residuos electrónicos, lo que causa daño severo a los ecosistemas, medios de subsistencia y nuestra salud”, advierte el documento.

 

Naciones Unidas alertó que si no se toman medidas, los mares tendrán más plásticos que peces en 2050.

 

El director ejecutivo de ONU-Medio Ambiente, Erik Solheim, reiteró su llamado a utilizar menos plásticos, “dejar de crear una necesidad” tanto con las bolsas como numerosos envoltorios que después son desechados e impactan en los ecosistemas, principalmente a los océanos.

 

Instó a buscar nuevos materiales que sirvan a los fines comerciales y de consumo que no resulten tan dañinos al ambiente como las bolsas de plástico, y a avanzar en el desarrollo científico que ayude a este proceso.

 

Además, la asamblea considera “injustificable y evitable que se utilicen decenas de miles de productos químicos todos los días, y algunos aplicados en el campo, sin las pruebas, el etiquetado o el seguimiento adecuado”.

 

Añade que todos los días, nueve de cada 10 personas en el mundo respiran aire que excede las pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la calidad del aire y más de 17 mil seres humanos morirán prematuramente debido a ello.

 

La declaración precisa que la lucha contra la contaminación no es responsabilidad exclusiva de los gobiernos, y que se necesita la participación del sector privado, las organizaciones internacionales, la sociedad civil y los particulares.

 

 

 

*edición impresa 24 Horas

 

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