SANTIAGO. “Sin duda que no estoy jubilado, estoy muy activo y no soy indiferente: me preocupa y me ocupa lo que pasa con Chile. Y yo, por ADN o herencia de mis padres, asumo mis compromisos con mucha pasión, vocación y dedicación”, afirmó el ex mandatario Sebastián Piñera (2010-2014) en una entrevista publicada en el diario La Tercera, en la que reconoció que iniciar una campaña tras nueve meses del inicio del gobierno de Michelle Bachelet puede ser prematuro, pero subrayó que “es necesario hablar del futuro”.

 

Según Piñera, la opción de un regreso de la derecha al poder “está más abierta que nunca”, “porque este gobierno está cometiendo demasiados errores”. En esa línea, acusó a Bachelet de estar “aplicando un estatismo trasnochado y antiguo como si fuese una verdadera religión” y sostuvo que las reformas que ha impulsado la mandataria “han sido improvisadas y no generarán los resultados esperados”.

 

Además, imputó a la actual administración haber creado “un clima de confrontación y enfrentamiento muy dañino, no sólo para la economía, sino para la vida en sociedad”. Reiteró en ese contexto una crítica que ha repetido desde que llegó a la presidencia en 2010, de que en el primer gobierno de Bachelet (2006-2010), la pobreza aumentó en Chile.

 

“Cualquier chileno sabe que en marzo de 2014 Chile estaba mucho mejor que en marzo de 2010 y todos los chilenos sentimos que hoy, en diciembre de 2014, estamos peor que en marzo de 2014”, afirmó.

 

Según organismos internacionales y analistas locales, el gobierno de Bachelet ha debido enfrentar un ciclo de desaceleración económica que comenzó a gestarse en 2012, en el gobierno de Piñera, con el crecimiento del PIB cayendo desde 5.6% aquel año a 4.1% en 2013.

 

Este año cerrará con un crecimiento en torno a 1.8% y para el próximo las proyecciones apuntan a una recuperación de entre 2.5 y 3.5%, de acuerdo con el Banco Central, que en Chile es autónomo.

 

Piñera consideró “importante” que la derecha comprenda que debe proponerle al país “un gran proyecto de futuro”, sobre la base de “tres valores fundamentales”, que son la libertad, la equidad y el progreso.

 

El ex mandatario restó importancia a la derrota del sector en las pasadas elecciones y sostuvo que se debió a que Bachelet no reveló la verdadera naturaleza de las reformas contenidas en su programa, que la educativa significaría “perder la libertad de elegir la educación de los hijos” y que la tributaria “provocaría un brutal frenazo de la economía”.