Los casos de acoso y abuso sexual que se denuncian ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal terminan, en su mayoría, con una conciliación de ambas partes, por lo que no se llega a castigar al agresor, sino a buscar los medios para resarcir el daño, informó Alicia Rosas Rubí, titular de la Fiscalía para la Investigación de Delitos Sexuales.

 

Ejemplo de ello se refleja en los primeros resultados de la Estrategia 30-100, implementada por el Gobierno capitalino para combatir la violencia hacia las mujeres. Del 1 de mayo al 27 del mismo mes, la dependencia abrió 37 carpetas de investigación, de las que sólo en una hay sentencia condenatoria y en tres prisiones preventivas, lo que significa que en 33 se llegó a una salida alternativa.

 

La funcionaria explicó que esto se debe a que el abuso y el acoso son delitos de querella, regidos en el nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, en el que se ofrece llegar a un acuerdo entre ambas partes.

 

“Nuestra sociedad está avanzando, se pretende llegar a una sana convivencia, a que haya una restauración en todos los ciudadanos y que la pena de prisión quede exclusivamente para aquellos delitos cuya lesión a la sociedad afecta de manera irreparable”, afirmó.

 

En el caso de delitos sexuales, los casos que sí implican cárcel y prisión preventiva de oficio son la violación, la pornografía y la corrupción.

 

La fiscal mencionó que para el abuso y acoso es muy complicado lograr que la víctima acepte una salida alterna al momento, porque llegan con enojo; sin embargo, es obligación hacerles saber sobre la alternativa para no llevar el proceso a lo judicial. Ha habido casos en que las mujeres agredidas sólo quieren que se les pida una disculpa.