Las entrevistas, como casi todo en la vida, no suelen llegar ni cuando son esperadas ni cuando han sido solicitadas…

Y ahí estamos, con cámara y tripié dando vueltas en torno a la Arena O2 de Londres, buscando los mejores ángulos del escenario y esperando media hora para ingresar a cubrir la actividad del día en el torneo de maestros de la ATP.

La Arena O2 se encuentra en una península sobre el río Támesis, lo que nos hace ir bordeando agua en nuestro recorrido… Por embarcaderos caminamos cuando vemos parados a dos caza-autógrafos españoles: esperan ver llegar al tenista Rafael Nadal. Esperamos junto a ellos, micrófono preparado. Llega un barco y de él desciende la pareja de dobles conformada por los polacos Fyrstenberg y Matkowski. Con todo el respeto que nos merece esa dupla, que es mucho, entendemos que a nuestra audiencia poco importaría esa supuesta entrevista. A punto estamos de irnos cuando baja de otro bote, con gran serenidad, un personaje maduro, ojos severos clavados al frente.

No puede ser Peter Gabriel. Se presentará en un par de días en México, qué tendría que hacer hoy en Londres en el tenis, y sin guardaespaldas o séquito, y sin esconderse en la entrada VIP como el común de las celebridades. Lo vemos de nuevo mientras camina hacia nosotros. Fracciones de segundo y el hombre de los disfraces, de las revoluciones culturales y musicales, de las puestas en escena, el activista, el que denuncia, se pronuncia y analiza, está aquí, ni duda cabe. “Buenas tardes Sr. Gabriel” Responde tranquilo sin que su mirada deje de ver arriba y al frente: “Hola, cómo les va”, “¿Le quito un par de minutos para la televisión mexicana?” “Sí, adelante” (gira y pide a un empleado de la Arena que diga a su familia que de inmediato los alcanzará en el interior de la Arena).

-Vaya sorpresa verlo aquí… ¿Le gusta el tenis?

-Amo el tenis, de hecho ya está todo mi grupo en México esperándome, veré este partido y los alcanzaré mañana. Pospuse un poco mi salida a México para venir al tenis con mi hijo. Me emociona ir a México, he tenido fantásticos momentos ahí y es uno de mis públicos favoritos.

-Estuvo cerca de dar un concierto en Alemania, por el Mundial 2006, pero finalmente el proyecto se canceló… ¿Podremos ver algo de usted para los Olímpicos?

-No lo creo, he sido invitado a algo, para participar en el concierto de la clausura, pero no lo creo, lo más posible es que no.

-¿El concepto de los Juegos Olímpicos qué le dice?

-La idea es gente de diversas culturas y países mezcladas, juntas, y eso me encanta, pero también estoy muy interesado en el tema del dopaje, porque yo quisiera ver unos  Olímpicos “orgánicos” y por otro lado Olímpicos “químicos” si aceptamos en unos manipular el cuerpo como quieras y como muchos atletas igual lo hacen, y los otros completamente naturales. Creo que es algo tonto, idealmente tendría que ser todo natural pero incluso en el futuro se manipularán los cuerpos de otras maneras para incrementar capacidades deportivas, eso me intriga.

Durante las siguientes dos horas la transmisión británica buscará constantemente sus reacciones a casa punto del partido entre Andy Murray y David Ferrer, pero un poco en vano: todo lo histriónico y emotivo que suele aparecer en escenario, Peter Gabriel es ecuanimidad mientras contempla el partido y lo comenta con su hijo.

En el fondo de todo, su dedo en la llaga deportiva: obviamente, todo olimpismo tendría que ser orgánico… Pero también todo alimento tendría que serlo y ya ven.

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