Cada ves son más las voces que advierten del riesgo que corre la candidatura presidencial de Josefina Vázquez Mota, a causa de la creciente crisis que vive el Partido Acción Nacional.

 

Y cada vez es más sonora la intensidad de las voces que advierten que, de no tener bajo su control al partido –incluso debió tener el control de las candidaturas al Congreso y a gobiernos estatales–, la candidatura de la señora Vázquez Mota estará destinada al fracaso.

 

Y, claro, cada vez son más los interesados en que todo siga igual. Es decir, que el partido camine por un lado y la candidatura presidencial por otro. Pero la interrogante obliga: ¿Por qué hay quienes parecen interesados en estimular ese divorcio entre partido y aspirante presidencial?

 

La razón resulta elemental; porque si bien es cierto que los grupos políticos que disputaron el poder en el PAN, aceptaron que Vázquez Mota se quedara con la candidatura presidencial, también es cierto que nunca estuvieron de acuerdo en dejar en sus manos el resto del pastel. Es decir, le arrebataron el partido y las candidaturas. ¿Y que significa todo lo anterior?.

 

Que todo lo que teje de día la señora Vázquez Mota -para empujar su candidatura presidencial-, lo desteje de noche y la dirigencia nacional del PAN. Y eso obliga a la señora candidata a volver a tejar al día siguiente y… se repite el poema épico de Homero, en su chabacana versión azul.

 

 

JOSEFINA, LA HILANDERA

Y los ejemplos de la crisis y los “bomberazos” que de tanto e tanto debe improvisar la candidata presidencial, están a la vista de todo el que quiera verlos, sea en el PAN, el gobierno de Calderón y, por supuesto, en los cuarteles de los adversarios del partido y el gobierno azules. Resulta que apenas el pasado miércoles, la candidata debió salir de emergencia para Monterrey, en donde debió apaciguar los ánimos y trató de reacomodar las fuerzas.

 

Y es que las semanas previas, el presidente del PAN, Gustavo Madero, impuso de manera arbitraria a los desprestigiados Fernando Larrazabal y Raúl Gracia, como candidatos a diputado y senador, respectivamente, en las listas plurinominales. Esa grosera imposición, al más puro estilo del PRI, provocó una verdadera rebelión en las filas del PAN nuevoleonés, encabezada por los empresarios Rogelio Zada Zambrano y Alejandro Páez.

 

La pelea llegó a extremos vergonzosos, cuando utilizando los métodos de las “narcomantes” -colgadas en los puentes de Monterrey-, los panistas acusaron a Gustavo Madero de vender las candidaturas de Larrazabal y Gracia. Y como está la crisis de desconfianza y corrupción en el PAN de Nuevo León, ya todo puede pasar. Bueno, fue tal la repercusión del escándalo, que la señora Vázquez Mota debió viajar emergencia para intentar tejer el cochinero que destejió el jefe del partido.

 

De esa manera, los estrategas de Vázquez Mota organizaron un encuentro en que convencieron a Rogelio Zada Zambrano y Alejandro Paéz, junto con otros hombres y mujeres de empresa, que proclamaron su adhesión a la señora Vázquez Mota.

 

Días antes, la crisis había reventado en Guanajuato, en donde el doctor José Ángel Córdoba –ex secretario de salud-, fue engañado y se quedó sin candidatura al gobierno estatal, sin espacio en el senado y menos una diputación. Es decir, que el gobierno de Guanajuato operó de tal manera la elección del candidato al gobierno estatal, que creó una crisis monumental, que no solo le costó a la imagen del PAN y de la candidata presidencial, sino que estuvo a punto de echar al doctor Córdoba, a los brazos del PRI.

 

El entuerto finalmente habría sido resuelto por la señora Vázquez Mota quien, prácticamente sobre la raya, solicitó a la casa presidencial ayuda ara impedir que el PRI se llevara a Córdoba como su candidato al gobierno de Guanajuato. El fenómeno se ha repetido en Veracruz, en Chihuahua, Coahuila, Tabasco y… en muchas otras entidades en donde el PAN prácticamente se ha desfondado, ya que las candidaturas se disputaron mediante los mismos métodos del viejo PRI; la transa, el acarreo, la compra de votos, el engaño, el corporativismo. Y claro, en todos los casos, la que ha salido al quite es la señora candidata.

 

 

LOS ENEMIGOS DE JOSEFINA

Por eso, la gran pregunta entre los panistas es sobre la ausencia de una figura fuerte, capaz de unificar al partido, con el equipo de la candidata presidencial, de tal manera que sean uno solo. ¿Quién será el valiente de quitar a Gustavo Madero y colocar al frente del partido a un hombre o una mujer de Josefina?.

 

Y es que la ortodoxia -el librito-, señalan que el primer paso de todo candidato presidencial, es apoderarse del partido para, con ello, montar su estructura en la del partido. Así ocurrió con Manuel J. Clouthier, con Diego Fernández y con Vicente Fox. Pero así no ocurrió con Felipe Calderón. En realidad el candidato Calderón no solo debió enfrentar al PRI y al PRD, sino a sus propios compañeros de partido.

 

Y pareciera que hoy Felipe Calderón es el jefe de campaña de la señora Vázquez Mota y que, otra vez, esa campaña se hará no solo al margen del partido, sino en contra del presidente del partido y de los grupos que se repartieron el partido. Y la señora Vázquez Mota no ha sido capaz de un grupo alterno, como en su momento “los amigos de Fox”. Eso sí, tiene un grupo grande de “enemigos de Josefina”. ¿Cara o cruz?

 

 

¿SE ACUERDAN?

Hace seis años, el candidato Felipe Calderón reestructuraba su campaña. Por un lado marcaba su distancia de Francisco Ortiz, responsable de cuidar su imagen pero metido en un escándalo de enriquecimiento ilícito; y por el otro enfocaba sus esfuerzos en Andrés Manuel López Obrador; y es que “Madrazo ya no tiene margen de crecimiento”, aseguró. Hoy Josefina Vázquez Mota imita a su antecesor, ya que el de 2012, parece ser un tango para dos.

 

Hace seis años, el 9 de marzo de 2006, un juez dictó auto de formal prisión a Florence Cassez. Hoy, la francesa podría quedar libre debido a las numerosas fallas en el debido proceso.

 

Finalmente, hace 24 años, el 8 de marzo de 1988, Manuel Clouthier encabezaba una marcha contra la censura y la cerrazón de la Televisa de los tiempos del PRI. Hoy, sin el talento ni la talante de su padre, Manuel J. Clouthier intenta llegar a la presidencia “por la libre”. No cabe duda que la talla política no siempre se hereda.

 

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