Todavía hace un par de semanas, Enrique Peña Nieto abrazaba y felicitaba a sus Constituyentes –a los que él mismo había designado como representantes del Ejecutivo federal- y a los del PRI.

 

Días después, Augusto Gómez Villanueva, decano de los diputados Constituyentes, recordaría aquel momento así:

 

El Presidente nos felicitó porque habíamos logrado lo esencial: cuidar que la redacción de la Constitución de la Ciudad de México se ajustara a la recomendación que nos hizo, de cuidar que el texto se ajustara al contenido de la Constitución (Política de los Estados Unidos Mexicanos)”.

 

Incluso, rememoró en esos días el aguascalentense -a quien se debió en buena medida la instalación de la Asamblea Constituyente, junto con Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y Bernardo Bátiz-, el Presidente mostró una gran “cordialidad” y agradecimiento hacia César Camacho por su “excelente coordinación” del grupo priista.

 

El haber logrado sacar adelante en tiempo y forma, la Constitución de la CDMX –apuntaría Peña Nieto en ese encuentro- era una demostración de que “sí es posible la coincidencia”, aun ahora, en la era postpacto… ¡Y aprobada entre aplausos de todos los partidos y por unanimidad!

 

Dicho lo cual, y tras pedirles dar mucho énfasis al valor del partido (el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa, estuvo presente en la reunión; así como el consejero Jurídico de la Presidencia, Humberto Castillejos), el Jefe del Ejecutivo pasó a tomarse la foto con sus invitados:

 

Fernando Lerdo de Tejada, Claudia Aguilar Barroso, Manuel Díaz Infante, Gómez Villanueva, Beatriz Pagés y Claudia Pastor Badilla, Constituyentes por parte del Ejecutivo.

 

Y por el lado del priismo: César Camacho, Armando Báez, Enrique Burgos, Irma Cué, Eduardo Escobedo, Lisbeth Hernández Lecona, María Gloria Hernández Madrid, Enrique Jackson, Cynthia López Castro, Lorena Marín Moreno, José Olvera, María de la Paz Quiñones, Lucero Saldaña, María Esther Scherman y Yolanda de la Torre.

 

La fotografía de todos ellos, muy sonrientes, puede verse en la página de la propia Presidencia de la República.

 

Bueno, ese reconocimiento de Peña Nieto a los asambleístas del PRI y del propio Ejecutivo ocurrió el 28 de febrero pasado.

 

Diez días después –inesperadamente-, la propia Consejería Jurídica de la Presidencia de la República y la Procuraduría General de la República interponían ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, una acción de inconstitucionalidad contra la Constitución de la Ciudad de México.

 

¡13 y 39 impugnaciones!, respectivamente. Nomás…

 

¿Y entonces las felicitaciones del Presidente a los Constituyentes por haber “cuidado la Constitución”?

 

¿Se equivocó Peña Nieto? ¿Estuvo mal informado? ¿Lo traicionaron sus propios Constituyentes aprobando un texto “indeseable”? ¿Jugaron un juego de simulación los Constituyentes al servicio del Ejecutivo? ¿Fue el Presidente de la República el que decidió exhibirlos y atropellarlos? ¿O son otros jugadores quienes han puesto al Presidente contra la pared y lo han obligado a dar marcha atrás? (Continuará.)

 

GEMAS. Obsequio del ex presidente del PAN, Germán Martínez: “Las firmas y aplausos en la antigua casona de Xicoténcatl, donde rubricaron con pompa histórica la Carta Magna chilanga, fueron fingimiento puro y duro. Simulación política”.