Hay en México cierta expectativa, y un componente muy morboso, por la primera reunión entre los Presidentes de México, Enrique Peña Nieto, y el de Estados Unidos, Donald Trump.

 

Cuando el republicano vino a México en aquella polémica visita era candidato presidencial y cuando se planeaba un encuentro entre ambos en Washington, el propio Trump se encargó de boicotear el encuentro.

 

La reunión se dará en Alemania en el marco de la reunión del grupo de las 20 economías más importantes del mundo, el G-20. Pero parecería que ante los ojos de muchos mexicanos se trataría de una cumbre bilateral México-Estados Unidos.

 

Será un encuentro de apenas 30 minutos, y su contenido tendrá que ver básicamente con temas de seguridad fronteriza y libre comercio.

 

A Trump le importan los temas de seguridad y combate al crimen organizado y el terrorismo, y en México pesan mucho los asuntos comerciales.

 

La señal de la agenda de la reunión es la presencia por parte de México del secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, y del titular de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross.

 

Ahora, este encuentro tan sonado en México prácticamente pasa desapercibido en Estados Unidos. En primer lugar porque se aprovechan estos encuentros multilaterales para cuadrar varias reuniones.

 

El propio Presidente mexicano tendrá otros encuentros con los mandatarios de Francia, Canadá y la India. Además, México lleva una agenda de impulso del libre comercio con Europa, que es más discreta que el encuentro con Trump, pero de vital importancia para terminar justo con esa dependencia comercial.

 

En la prensa estadounidense lo que les puede es la reunión que sostendrá Trump con Vladimir Putin, al que muchos consideran el jefe político del republicano y otros esperan un tono duro entre los dos.

 

La actitud beligerante de Corea del Norte y Washington también habrá de dominar el tema del resto de los encuentros bilaterales de Trump. La media hora con Peña Nieto no pinta.

 

Sin embargo, lo que importa es lo que acá podamos desmenuzar de ese encuentro, que si bien será privado, es un hecho que trascenderá algo ya sea por declaración o por filtración, al menos los funcionarios mexicanos tienen buenos cuates periodistas.

 

Es un hecho que un mal tuit de Trump sobre el libre comercio o sobre su encuentro con Peña Nieto puede generar incertidumbre en nuestros mercados financieros.

 

Queda como anécdota que la mañana de ayer, cuando Trump posteó un tuit en contra del libre comercio y los malos acuerdos que ha firmado Estados Unidos, el peso se presionó a la baja frente al dólar. Cuando aclaró que hablaba de China se recuperó un poco.

 

Puede ser simple coincidencia porque la recuperación del dólar frente a la canasta de divisas provocó bajas notables en las divisas emergentes, como el peso mexicano.

 

Como sea, ya sabemos del poder destructivo del tuit de Trump, y es por esto que este encuentro del fin de semana entre ambos Presidentes cobra relevancia para la agenda local.

 

aarl