Todos los miembros del gabinete juegan.

 

Ellos sabrán cuánto y qué estrategia siguen para posicionarse como potenciales candidatos del PRI hacia 2018.

 

Dicho en términos periodísticos:

 

El Presidente ha decidido abrir la baraja.

 

Desde hace tiempo, Enrique Peña ha hablado con los secretarios de Estado y les ha pedido realizar giras por los estados con mayor exposición pública.

 

¿Por qué no lo han hecho?

 

Ellos lo sabrán.

 

Pero hace semana y media, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, reunió a los miembros del gabinete y les repitió la orden presidencial de verlos más activos por todo el país y en comunicación constante con los actores de la economía, la política, el sindicalismo y, en general, del quehacer público.

 

Registre usted la fecha: a partir de ahora así será.

 

GIRAS LARGAS, DIÁLOGO PÚBLICO Y CENAS ABIERTAS

 

Unos más, otros menos, pero todos tendrán foro.

 

Habrá actores como el secretario de Salud, José Narro Robles, con encuentros con la comunidad médica y hasta visitas a las universidades para incrementar su acercamiento con los jóvenes, a quienes conoce y cuyo sentir interpreta por su vida en la UNAM.

 

Otros como José Antonio Meade, genio de la economía y las finanzas públicas, tendrá espacio para aplicar las reformas y armar proyectos de inversión de largo aliento.

 

O Enrique de la Madrid, secretario de Turismo, quien tiene su propia metodología para acercarse a la sociedad.

 

¿Cuál es?

 

Simple: esta semana estrenará el esquema en Guanajuato de no ser sólo orador en actos públicos ni expositor en foros sectoriales de la Servytur, sino sobre todo receptor de quejas, denuncias, peticiones y planteamientos para un mejor desarrollo de los negocios.

 

Es decir, De la Madrid tendrá una agenda para el turismo, pero un amplio abanico de actividades en universidades, los sectores productivos, conferencias de prensa y entrevistas en radio y televisión con temario abierto.

 

¿Agenda para 2018?

 

Y quién del gabinete no aspira.

 

Obtuso o mentiroso sería quien lo niegue.

 

ACERCAMIENTO DEL PRI OFICIALISTA Y EL DISIDENTE

 

El priismo oficialista y el disidente empiezan a coincidir.

 

Uno fundamentalísimo: debe acabarse con el fuero de los funcionarios públicos, lo cual haría imputable al mismísimo Presidente de la República.

 

Ayer el presidente del PRI, Enrique Ochoa, aludió a las acusaciones de corrupción del ex gobernador coahuilense Humberto Moreira y abundó en la necesidad de acabar con la protección legal a los cargos políticos.

 

Eso mismo pide la corriente interna Democracia Interna, de Ulises Ruiz y César Augusto Santiago, quienes insisten en hacer imputable al Presidente de la República cuando incurra en desvíos o actos graves.

 

Con una acotación, aclaramos aquí: aunque en la próxima asamblea triunfara esta expresión –la postulación democrática del candidato está por verse-, la decisión no afectaría a Enrique Peña Nieto.

 

Nos vemos en el sexenio próximo.

 

Se necesitaría una reforma constitucional, y seguramente no pasará antes de 2018.

 

Puede terminar en una amenaza del PRI para el próximo mandatario, en especial si no es priista.