Petróleos Mexicanos (Pemex) se acerca a un déficit en su balanza comercial –donde las importaciones del hidrocarburo superen a las exportaciones– por primera vez en su historia.

 

En abril pasado, la petrolera mexicana reportó envíos al exterior por mil 861 millones de dólares –una caída anual de 46%– cuando en el mismo mes, pero de 2014, la cifra había sido por tres mil 467 millones de dólares.

 

Mientras que las importaciones, en ese mismo periodo, se ubicaron en mil 627 millones de dólares contra dos mil 271 millones de dólares.

 

De acuerdo con cifras de la petrolera en abril de este año se dio un superávit de sólo 234 millones, el segundo más bajo en su historia.

 

La exportación neta que mantenía gracias a la venta de petróleo disminuyó en más de 80% con respecto al mismo mes del año pasado, cuando los envíos de Pemex superaron a sus compras del exterior en mil 196 millones de dólares, compuestas por gasolinas, gas y petroquímicos.

 

La reducción de esta brecha es más dramática si se compara con el superávit de mil 853 millones alcanzado en abril de 2013, hace tan sólo dos años.

 

Esta caída propicia que la balanza comercial de Pemex se acerque a un déficit por primera vez en su historia, luego que la empresa productiva del Estado fuera uno de los contribuyentes más importantes para las finanzas públicas del gobierno mexicano.

 

Esto se debe a que Pemex volvió a registrar un mínimo histórico en abril en su producción al alcanzar una producción de 2 millones 201 mil barriles de petróleo, una caída de 11% con respecto al mismo mes del año pasado.

 

De igual forma, el valor de las exportaciones de crudo se ubicaron en su peor nivel con sólo mil 552 millones de dólares, un nuevo desplome de casi 50% en el mismo periodo.

 

Además, esta caída es 4.3% inferior a la meta de 2 millones 300 mil barriles de petróleo de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, la cual en su último reporte de mayo señaló que este objetivo es 24% inferior a la producción del año 2000 cuando se producían 3 millones 12 mil barriles.

 

De acuerdo con un análisis de Wood Mackenzie, el declive petrolero de Pemex, y el ajuste presupuestal que enfrenta, puede ocasionar que la petrolera mexicana tenga que renunciar a campos asegurados en la Ronda Cero, con el fin que otras empresas puedan explotarlos, lo que reduciría la plataforma productiva de la petrolera estatal mexicana.

 

El gobierno federal tiene la expectativa que las licitaciones de la Ronda Uno aumenten la producción de hidrocarburos en el país, además de incrementar los ingresos del Estado por la explotación de recursos a través de contratos con empresas privadas.

 

Sin embargo, hasta el momento no se han licitado proyectos que compensen, en el corto plazo, el declive petrolero que experimenta el país, según datos de la Secretaría de Energía y de la consultora Wood Mackenzie.

 

De las tres convocatorias que se han lanzado en la Ronda Uno, solamente la segunda promete aumentar la producción en 124 mil barriles diarios, con la explotación de nueve campos en aguas someras.