La demanda energética aumentará 37% hacia el año 2040, pero los conflictos en algunas zonas productoras de petróleo, así como la ausencia de reformas para asegurar la producción en países en vías de desarrollo, incrementará la brecha con el suministro de hidrocarburos, advirtió la Agencia de Energía Internacional (IEA, por sus siglas en inglés).

 

“El sistema energético está en peligro de quedarse corto con las expectativas. Los conflictos en Medio Oriente -la única fuente a gran escala de petróleo de bajo costo- raramente han sido tan fuertes, desde la crisis petrolera de los años 70”, señaló la IEA en su reporte anual “World Energy Outlook 2014”.

 

“El conflicto entre Rusia y Ucrania también inició la incertidumbre sobre la seguridad del gas”.

 

La IEA indicó que otras fuentes de energía que en años anteriores se consideraban como las más promisorias para sustituir los combustibles fósiles también sufren retrocesos.

 

Tal es el caso de la energía nuclear. Países desarrollados como Japón, han reconsiderado la creación de nuevas plantas nucleares después del desastre radioactivo de la planta de Fukushima, ocasionado por el tsunami de 2011.

 

La consultoría con sede en París también reconoció que la estrategia energética global tendrá que sufrir un reacomodo sustancial el próximo año, en la cumbre de cambio climático de Naciones Unidas que se llevará a cabo en la capital francesa.

 

Este evento es considerado la última oportunidad del orden global para hacer frente a los estragos que ocasiona este daño ambiental.

 

La agencia considera insuficiente la reducción de una cuarta parte en el consumo de energía fósil, como parte del plan para reducir las emisiones de gas invernadero (dióxido de carbono). “Este panorama coloca al mundo en el camino de incrementar la temperatura global 3.6 grados Celsius”.

 

El Panel Intergubernamental del Cambio Climático estima que las emisiones tienen que reducirse considerablemente (mil giga toneladas de dióxido de carbono) para limitar el incremento de la temperatura a dos grados Celsius y de esta forma evitar los daños más severos de este fenómeno.