Kenneth Adkins, el pastor y activista anti-gay que se mofó de la tragedia ocurrida en el bar gay Pulse de Orlando, recibirá sentencia por abuso de menores el próximo 25 de abril.

 

“Queridos gays, vayan a sentarse a alguna parte…Sé que todo lo que ustedes quieren es una atención especial. Son todos pecadores que necesitan a Jesús. Esto fue un ataque a Estados Unidos” afirmó en su momento Adkins, al agregar que tuvieron “lo que merecían”.

 

Sin embargo, las cosas han dado un giro de 180 grados y ahora fue detenido y está siendo investigado por el abuso sexual a un niño y una niña, hace siete años.

 

El pastor fue denunciado dos meses después del atentado en Pulse. Las acusaciones señalan que obligaba a los niños a tener sexo delante suyo reiteradas veces. En ocasiones, el hombre se unía a ellos. Los investigadores determinaron que esos abusos se habían cometido en tres lugares diferentes: en la oficina que tenía en su congregación, en la playa y en su automóvil.

 

La declaración de una de las víctima -hoy de 22 años- fue clave para determinar el grado de culpabilidad del pastor.

 

Relató cómo Adkins se había convertido en un “padre” para él luego de la pérdida de su abuelo. Con el paso del tiempo y la confianza, el religioso lo obligó a tener sexo con su novia delante de él. “Hacía cualquier cosa para que no se fuera de mi lado”, indicó el joven de acuerdo con The Florida Times Union. Sin embargo, la chica también subió al estrado pero negó que algo incorrecto hubiera ocurrido.

 

De acuerdo con la televisora News4Jax, cuando escuchó el veredicto, Adkins mostró escasa reacción y su abogado llegó incluso a decir que éste se encontraba rezando. La defensa ha dicho que apelará, negó durante el juicio los cargos y señaló que las acusaciones estaban fundadas en el deseo del joven de conseguir dinero.

 

Pese a que el caso es complejo y controversial, el jurado halló evidencia contra el pastor por lo que dados los cargos podría obtener cadena perpetua.

 

JMS