Un parrillero regiomontano se vio sorprendido cuando preparaba un cabrito en las cabañas del Manzano en el municipio de Santiago, Nuevo León.

 

Hasta su parrilla legó un oso quien se vio atraído por los olores del cabrito que se cocinaba, sin embargo el cocinero no dejó que le quitara sus viandas.

 

Si bien el oso intentó jalar de la parrilla el trozo de carne, el parrillero se vio más hábil e impidió que éste se lo llevara y se puso a salvo con su familia, posteriormente regresaron a las cabañas para continuar con sus planes.