Río de Janeiro. El sector automotriz en Brasil, que este año cayó por primera vez al segundo lugar en producción de vehículos en América Latina, en favor de México, enfrentará paradas de fábricas en octubre, anunciaron los productores.

 

La francesa Renault, que dispone de una fábrica en el estado de Paraná, en el sureste del país, volverá a conceder 10 días de vacaciones a sus tres mil trabajadores, como ya hiciera en el mes de julio.

 

Una medida que también la alemana Volkswagen y la japonesa Mitsubishi adoptarán en sus plantas de Paraná y Goiás (centroeste), respectivamente, el próximo mes.

 

Otras empresas como General Motors, Nissan y Ford también adoptaron medidas similares durante los últimos meses.

 

El objetivo es reducir la producción de automóviles como consecuencia de la menor demanda interna y de la caída de las exportaciones de vehículos y autopartes a Argentina, a causa de las restricciones a la liberación de dólares por parte del gobierno de ese país.

 

Brasil registra una caída de las ventas de 9.7% de enero a agosto pasado y, aunque el país se mantiene como el cuarto mayor mercado de vehículos, con 2.23 millones de unidades en el periodo, los resultados son decepcionantes para un sector en el que compañías de todo el mundo invirtieron decenas de miles de millones de dólares.

 

Sin grandes posibilidades de exportar, a causa de la baja competitividad, el sector acumula caídas en la producción de hasta dos dígitos cada mes, con 22.4% menos vehículos producidos en agosto respecto al mismo mes de 2013.

 

El sector ya cuenta más de ocho mil despidos en las cadenas de montaje, según la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores de Brasil (Anfavea), que enmarca estos resultados en un clima de recesión técnica de la economía brasileña y por la reducción drástica de las exportaciones a Argentina, a donde Brasil envía cuatro de cada cinco autos que exporta.

 

Esta situación de crisis –que el gobierno intentó revertir con descuentos fiscales- provocó que México superara este año a Brasil como mayor fabricante de vehículos de América Latina, pese a tener un mercado interno de apenas una tercera parte del brasileño.