Un mes en estado de sitio. Son cuatro municipios, son 214 mil habitantes, en la zona de Tierra Caliente de Michoacán. Allí el abastecimiento de alimentos es limitado y unas 40 empresas, principalmente trasnacionales, han paralizado sus operaciones.
Las extorsiones y las amenazas hicieron imposible, desde hace un mes, que continuaran con sus operaciones habituales los grupos empresariales Pepsico, Bimbo y su filial Barcel, y FEMSA, o las empacadoras y exportadoras de limones y aguacates, entre las compañías que se conocen hasta ahora.

 

Por las mismas razones, ayer se conoció que Danone y Saba sacaron sus oficinas sedes de Michoacán. A esto habría que añadir que en los últimos dos años no se han registrado inversiones nuevas en esa zona.

 

Algunos de los empresarios, en diferentes momentos y distintas vías, recurrieron a las autoridades estatales y federales exigiendo seguridad y garantías. Pero las respuestas, hasta ahora, han sido ambiguas, a tal punto que en la Comisión Nacional de Seguridad se les dijo que se actuará y que están diseñando un plan para ello.

 

Mientras tanto, los habitantes de esos municipios tuvieron ya que organizarse, por grupos, para salir a las comunidades vecinas y abastecerse. El ingreso de vehículos a la zona es controlado por grupos armados, quienes autorizan o niegan el acceso.

 

La zona es de alto riesgo, los testimonios recabados por 24 HORAS muestran que todos los días se registran balaceras en los municipios de Apatzingán, Buenavista, Tepalcatepec y Parácuaro, en las que no puede definirse un número de muertos y heridos, porque no existen reportes oficiales.

 

Se trata, aparentemente, de enfrentamientos entre Los Caballeros Templarios y el Cártel de Jalisco Nueva Generación, quienes utilizarían la figura de la policía comunitaria para apoderarse de territorios, pero con personas que serían originarias de Guerrero.

 

Los Caballeros Templarios, de acuerdo a las fuentes consultadas, cerraron la zona y advirtieron a las empresas que no ingresaran, para presionar y lograr un objetivo: que las autoridades saquen de lo que denominan “su territorio” a las policías comunitarias.

 

Distintas fuentes confirmaron también que la violencia se ha extendido, por momentos, a las zonas de Aguililla, Coalcomán y Gabriel Zamora.

 

Extorsiones

 

En 2006 la violencia en Michoacán mostró su rostro más violento y las extorsiones a empresas tomaron más fuerza. Las distintas compañías las aceptaron, ante la ausencia de las autoridades y la garantía de que no dañarían sus instalaciones ni a su personal.

 

A pesar del pago de empresarios, no quedaron exentos de secuestros y de la quema de sus bodegas o vehículos, pero siguieron operando, hasta principios de este año, que la confrontación entre Los Caballeros Templarios y el Cártel de Jalisco Nueva Generación se agudizó.

 

En los primeros días de abril, grupos que se identificaron como integrantes de Los Caballeros Templarios secuestraron a personal de Bimbo y Pepsico, sólo para enviar un mensaje a los empresarios, que exigieran la salida de la policía comunitaria ante las autoridades. Como nada ocurrió, la siguiente advertencia fue que durante los siguientes 15 días no enviaran sus productos a esos cuatro municipios o los quemarían, amenaza que hicieron pública mediante panfletos.

 

Y cerraron esas comunidades, ya no pudieron llegar los camiones de refrescos, botanas o pan. Pero los 15 días pasaron y el estado de sitio continúa, porque exigen el apoyo de las empresas para que las autoridades saquen de Tierra Caliente a las policías comunitarias, de no hacerlo, las rutas de abastecimiento no se restablecerán.

 

Ruta violenta

 

El evento que marcó la guerra contra el narcotráfico se dio el 6 de septiembre de 2006, cuando un comando ingresó al bar Sol y Sombra y dejó, sobre la pista de baile, seis cabezas humanas y un mensaje: “La Familia no mata por paga, no mata mujeres, no mata inocentes, se muere quien debe morir, sépanlo toda la gente, esto es: Justicia Divina”. A partir de entonces la violencia se desató.

 

Antes de 2006, municipios como Morelia y Apatzingán fueron testigos de detenciones y muerte de lugartenientes, operadores y capos, de los cárteles de los Valencia, del Golfo y Zetas, como Carlos Rosales Mendoza (2004), Alfonso Barajas Figueroa Poncho El Feo y Fermín Barajas Vargas (2006).

 

Pero la violencia ha continuado escalando, en 2008, un atentado contra la población civil dejó como saldo ocho muertos y más de 130 heridos, miembros del crimen organizado hicieron detonar dos granadas de fragmentación en el festejo por el 198 Aniversario de la Independencia, en el centro histórico de Morelia.

 

La violencia sigue en espiral, las regiones que se reportan como focos rojos ahora son testigos de enfrentamientos entre cárteles y también con fuerzas federales; además de muestras sangrientas de control y poder de la zona, como la exhibición de cuerpos el pasado 23 de marzo, en donde los criminales sentaron a sus víctimas y les dejaron mensajes.

 

DATO

Este año Michoacán ocupa el primer lugar nacional en homicidios con 684.

 

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