La tendencia de dirigir recursos federales a favor de la infraestructura vial en la CDMX provocará que para el año 2020 haya 7.5 millones de autos en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), mientras que para 2030 se podría llegar a 10 millones de vehículos particulares, reveló el estudio Inversión en Infraestructura Destinada al Uso del Automóvil Particular vs Inversión en Transporte Público y Movilidad no Motorizada, presentado por la asociación el Poder del Consumidor.

 

En conferencia de prensa, Daniel Zamudio, coordinador de Transporte Eficiente de dicha asociación, mencionó que de cada cinco pesos de inversión federal en movilidad a nivel nacional, cuatro se destinan a infraestructura para automóviles, a pesar de que sólo uno de cada cuatro viajes urbanos se hace en vehículo.

 

“El escaso presupuesto que el gobierno mexicano invierte en infraestructura para el peatón, recuperación del espacio público y transporte sustentable no garantiza la movilidad eficiente ni la seguridad de las personas en las principales zonas metropolitanas del país”, afirmó.

 

Detalló que la ZMVM tiene los primeros lugares a nivel mundial en cuanto al tráfico. En ese sentido, mencionó que, en horas pico, los usuarios tardan lo doble en sus trayectos.

 

Remarcó que los congestionamientos viales generan retrasos que se traducen en pérdidas de 33 mil millones de pesos horas-hombre anuales en el Valle de México, por lo que se deben implementar programas para desincentivar el uso del automóvil, como el pago de parquímetros.

 

Por su parte, Alejando Villegas, del Centro Mario Molina, mencionó que en la ZMVM, sólo 30% de la población tiene una estación de transporte público  a 500 metros; sin embargo, en los municipios conurbados el porcentaje se reduce a 8% de las 11 millones de personas que se trasladan del Estado de México a la capital del país.

 

Inversión en movilidad

 

Entre 2011 y 2014, la Zona Metropolitana del Valle de México es la que más ha destinado fondos federales para movilidad no motorizada en comparación con otras urbes del país; sin embargo, la inversión federal en transporte público va a la baja.

 

De acuerdo con el documento, durante 2011, sólo 3% de los recursos federales se destinaron a la movilidad no motorizada (como bicicletas), 18% en transporte público y 62% para el auto particular.

 

En 2012, la tendencia para beneficiar al auto particular disminuyó, pues la infraestructura para automotores recibió 19% de los recursos, mientras que el transporte público percibió 31% y la movilidad no motorizada 16%.

 

En 2013 nuevamente aumentó la inversión para beneficiar a los peatones y ciclistas, con 27%; pero se redujo el porcentaje a transporte público a 27%. En 2014 la tendencia fue igual, pues 32% de los montos federales fueron hacia la movilidad no motorizada y sólo 8% a transporte público.