Los restos hallados de dos de los cinco jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca, Veracruz, no son evidencia suficiente para confirmar que están muertos, afirman los familiares, por lo que los padres rechazaron el acta de defunción que la Fiscalía General del Estado les quiso entregar.

 

En el rancho El Limón, municipio de Tlalixcoyan, fue localizado un pequeño fragmento de hueso que, de acuerdo con el análisis genético, pertenece a Bernardo Benítez Arroniz. El cuerpo no fue localizado.

 

La segunda evidencia de identificación es una gota de sangre que pertenece a José Alfredo González Díaz, otro de los cinco jóvenes víctimas de desaparición forzada. Esta prueba tampoco es suficiente para los familiares para comprobar que perdió la vida, por lo que sus padres mantienen la búsqueda del desaparecido.

 

“Como a las dos de la tarde llegaron a entregarme los restos de mi hijo y nos trajeron la ropa que hallaron en el rancho y otros ranchos ahí cerca y los restos no los quise recibir porque nos quería la Fiscalía dar un acta de defunción. Dijimos que nosotros todavía vamos a hacer dos análisis (de ADN) más y por lo tanto no podía aceptar un acta de defunción.

 

“Nos mostraron ropa y no hubo ropa que pudiéramos identificar… no hay una seguridad al 100%”, subrayó Bernardo Benítez, el padre, a 24 HORAS.

 

Al preguntarle sobre el caso del otro joven que presuntamente fue identificado por las autoridades reveló que su caso es más grave, ya que la Fiscalía informó que estaba muerto y sólo tiene como evidencia una mancha hemática.

 

“Sus familiares no aceptaron (que está muerto) y por tanto sigue como desaparecido. Una gota de sangre que encontraron, le hicieron los análisis, lo confrontaron y la Gendarmería dice que es de él. Ellos no aceptaron esa situación”, afirmó en entrevista telefónica.

 

Por su parte, en entrevista radiofónica, Luis Ángel Bravo, fiscal de Veracruz, aseguró que el padre del joven Bernardo “sí está, de alguna manera, pidiendo una segunda o tercera investigación” por lo cual las autoridades estatales se quedarán con algunos restos para ” tener ese segundo o ese tercer análisis que, particular u oficial, la familia quiera hacer”.

 

El lunes 11 de enero, Mario Arturo Orozco Sánchez, de 28 años de edad; su novia Susana, de 16 años de edad, estudiante de tercer semestre en el colegio de bachilleres plantel 18; Bernando Benítez Arroniz, de 25 años, licenciado en Administración de Empresas; su primo José Benítez de la O, de 24 años, ingeniero Mecánico Automotriz, y José Alfredo González Díaz, de 25 años, quien trabaja en un rancho y estudió hasta la secundaria, fueron levantados por policías de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz cuando viajaban en un automóvil con placas de Distrito Federal en la carretera federal de Tierra Blanca.

 

Los jóvenes iban de regreso al pueblo Playa Vicente y habían ido el fin de semana a Boca del Río para celebrar el cumpleaños de Mario. Por estos hechos hay siete policías detenidos.